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Ganar la confianza blanca

La disolución del apartheid continuó esta semana con la renuncia del Congreso Nacional Africano (ANC) a la lucha armada contra el Estado surafricano. Tras las pacíficas revoluciones anticomunistas del -último año, el ANC tendría que estar muy ciego para aferrarse tercamente al obsoleto modelo comunista de revolución violenta. En cambio, al seguir los ejemplos de Lech Walesa y Vaclav Havel, Nelson Mandela ha mostrado que su larga estancia en prisión no le hizo ser prisionero del pasado. Ha cumplido las condiciones apropiadas para una mesa redonda constitucional desenmascarando, así el pretexto que la lucha armada del ANC daba a lo s blancos de Suráfrica. De Klerk, a cambio de sus concesiones a Mandela, ha recibido al fin algo que poder ofrecer a sus recalcitrantes opositores de la derecha: la certeza de que el ANC puede renunciar a la violencia. ( ... )No se trata del miedo a un Gobierno negro en cuanto tal. Es el miedo a la anarquía, a la inseguridad, a la corrupción y la torpe incompetencia que los blancos surafricanos ven en el África negra. ( ... ) El riesgo no es que Mandela llegue a ser odiado por ser un extremista, sino por ser un principiante. ( ... ) Cuando empieza el diálogo más esperanzador en la historia de Suráfrica, Mandela tiene que convencer a los ciudadanos de que la sensatez que ha mostrado al abandonar la violencia es lo usual, no lo excepcional, de su gente.

8 de agosto

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