Fuerte protesta en Francia contra el TAV Pans-Barcelona
Las protestas contra la apertura de un trazado especial para el tren de alta velocidad (TAV) que debe situar Barcelona a cuatro horas y media de París y a Marsella a tres horas de la capital francesa crecen cada día en el sureste francés. El conflicto comenzó hace seis meses, pero subió de tono el pasado sábado, debido a unas declaraciones del ministro francés de Transportes, Michel Delebarre, que produjeron el efecto contrario al deseado.Tras un fin de semana agitado, los representantes locales y las asociaciones de defensa del medio ambiente (CARDE) que se oponen al plan se reunieron en Chateaurenard (Bouches-du-Rhone) para examinar la situación y estudiar las maneras de continuar la protesta. En la noche del lunes tenían previsto realizar "una gran manifestación".
El ministro desató el viernes las tensiones al explicar que algunos de los posibles trazados para la instalación del TAV mediterráneo habían sido descartados. Su objetivo de "conciliar la ambición de los constructores con la vigilancia de los defensores del medio ambiente" se fue al traste, pues al eliminar una serie de riesgos concretó otros, y los afectados vieron aumentar el peligro. A modo de respuesta, en las localidades de Barbentane, Orgon y Ville-Neuve-Les-Avignon se bloquearon una treintena de trenes de la línea Marsella-París entre la tarde del sábado y la madrugada del domingo.
La oposición al TAV se concentra en los departamentos de Bouches-du-Rhône, Var y Gard, por donde pasará la línea de Marsella. "Hasta el momento", explicó un portavoz del ministro de Transporte, "los representantes de los departamentos del Sur por donde pasará la línea que irá a Barcelona no han protestado y el plan provisional ya les ha sido presentado". No todas las opiniones son desfavorables. En Montpellier, Georges Freche, su alcalde, es partidario de que la rama que irá a Barcelona pase por allí.
En general, la Provence, un territorio densamente ocupado por viviendas, explotaciones agrícolas y centros turísticos, no está contra la instalación del TAV, sino contra la apertura de nuevas vías destinadas a ganar algunos minutos suplementarios en la carrera contra el avión.
No obstante, el sureste francés vive todavía a otro ritmo y sus habitantes no están dispuestos a pagar cualquier precio po hacer en tres horas un recorrido de tres horas y media. Además algunos creen que el principal beneficiario de ese tren, para ellos tan caro, ya que piensan que los desastres ecológicos serán enormes, será el turismo que ya satura las costas mediterráneas.
Según Louis Burdin, vicepresidente de una de las asociaciones del CARDE, Durance Alpille, "hay un pasillo ferroviario existente y es impensable que ahora deseen construir otro. Si llegamos a resolver aquí el problema, quizá lo evitemos en otro puntos de la geografia europea, como por ejemplo Cataluña donde posiblemente quieran crear también un nuevo trazad para recibir al TAV.
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