La ineptitud de Renfe
El anuncio de televisión que muestra trenes veloces con pasajeros disfrutando de aire acondicionado, mientras los automovilistas sufren retenciones bajo un sol implacable, es tan bonito como falaz. Usted, posible usuario, debe saber algunas de las sorpresas que Renfe le puede proporcionar:1. Que de la estación de origen el tren salgapor entregas. Usted tiene reserva para uno de los coches que no se enganchan, y tendrá que esperar a que Renfe ensamble la segunda parte del tren una hora más tarde. Ejemplo: Intercity Santander-Madrid de 22 de julio de 1990.
2. Que, en la estación término, el servicio de información no confiese que en vía 6 sólo ha hecho entrada la primera mitad del tren correspondiente. ¿Qué harán las personas que salieron a esperarle a usted, pasajero desaparecido? Lo dejo a su imaginación. Ejemplo: el del caso anterior.
3. Que lo de climatizado sólo se aprecie en el billete. Atravesando la Tierra de Campos a las cinco de la tarde, usted envidiará al automovilista que puede abrir su ventanilla. Ejemplo: coche 122 del tren anterior.
4. Que, a la hora de salida, aún no haya luz en su coche de literas; no por avería -no vaya usted a creer-, sino simplemente porque no se ha dado. Renfe le compensará retrasando la salida media hora para que usted se acomode debidamente. Ejemplo: Expreso Madrid-Cartagena de 11 de abril de 1990.
5. Que usted se encuentre dos trenes situados en la vía de salida e, inteligentemente, escoja el que por geografila deba partir en la dirección debida. La sorpresa surge porque usted se colocó en el
coche tercero sin inspeccionar cuidadosamente su enganche al coche segundo, y se va a quedar inmóvil hasta la próxima partida, por la curiosa tendencia de nuestros trenes a reproducirse por escisión, como los protozoos. El hombre de gorra y banderas rojas no se molestará en advertir a nadie; quizá ni él conoce el lugar exacto donde ocurrirá la escisión. Ejemplo: primer y segundo cercanías Ch amartín- Príncipe Pío de 15 de abril de 1990.
6. Que, en la supuesta estación de partida, le informen de que el tren sale ahora de otra estación. En el vestíbulo, usted podrá leer innumerables avisos de trenes con nuevos horarios, y hasta de estaciones remotas que cambiaron de nombre. Pero no encontrará notificación alguna de que el Talgo Madrid-Santander sale próximamente de Chamartín, ni de otros cambios de trenes en la misma línea.
7. Que su tren salga antes de hora. Lo contrario es mucho más probable, pero no se fíe: yo los he visto partir hasta con dos minutos de adelanto. Es natural, porque ¿quién controla el reloj de pulsera del jefe de estación de Palencia?
Estas siete sorpresas me las ha deparado Renfe en el curso de sólo tres viajes. No quiero pensar lo que habrán de sufrir los clientes asiduos.
Antes de poner el tren de alta velocidad en manos de Renfe, sería mejor esperar algunos lustros hasta que la compañía aprenda a hacer circular los trenes convencionales.-
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