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Verano caliente en Ceuta y Melilla

La oposición marroquí se manifiesta mañana para pedir la soberanía de las plazas españolas

En torno a Ceuta y Melilla se vive un verano más caliente de lo normal. El partido de oposición marroquí, Istiqlal, hace subir la temperatura con movilizaciones en pro de la soberanía de Marruecos sobre las plazas españolas. Mañana, sábado, se celebra una marcha simbólica hacia Ceuta. El Gobierno español ha adoptado una actitud de silencio ante la reivindicación de una soberanía que considera innegociable. Las asociaciones musulmanas de la zona española salen al paso: "Si esta tierra llega a ser marroquí, nosotros seremos los primeros en hacer la maleta y marcharnos a la Península".

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El sábado 4 de agosto es la segunda cita de la campaña "Liberar Ceuta y Melilla", organizada por el Istiqlal (Partido de la Independencia). Tetuán, la antigua capital del Protectorado español, es el escenario elegido para el acto reivindicativo que dirigirá el secretario general del grupo, Ahmed Bucetta. Está prevista una marcha simbólica, de cuatro kilómetros, en dirección a Ceuta, situada a unos 30 kilómetros."El clima es de absoluta normalidad", afirman fuentes de la Delegación del Gobierno en la ciudad, situada al otro lado del estrecho de Gibraltar sobre una extensión de 19,3 kilómetros cuadrados.

Victoria de Abd el Krim

La ofensiva del Istiqlal comenzó el pasado 22 de julio, fecha en que se conmemoró el 69º aniversario de la victoria de Abd el Krim sobre el Ejército español en Annual. En Nador, localidad próxima a Melilla, se celebró el primer mitin. Allí, ante un millar de personas, los dirigentes del grupo nacionalista pi dieron, entre otras cosas, la mediación del Papa para lograr la soberanía marroquí sobre las plazas.

Las autoridades españolas restan importancia a este verano caliente organizado por la oposición nacionalista, que, desde antiguo, reivindica la "integridad territorial" de Marruecos. Consideran que esta campaña de un partido ajeno al Gobierno marroquí no va a enturbiar el buen clima de las relaciones bilaterales.

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"Estos actos no me preocupan en absoluto, son meramente testimoniales", afirma el delegado del Gobierno en Melilla, Manuel Céspedes. Este comisario de policía, responsable de la seguridad de la Moncloa antes de convertirse en la máxima autoridad melillense en septiembre de 1986, se muestra optimista.

Para Céspedes, las plazas españolas y el norte de Marruecos "forman una verdadera simbiosis". "Esto no puede vivir sin aquello ni viceversa. Una mano lava a otra y las dos lavan la cara", sentencia. Según sus datos, en Melilla sólo se consume el 20% de las mercancías que llegan al puerto y que alcanzan un valor total de 28.000 millones de pesetas anuales. La inmensa mayoría se destina a Marruecos.

Consciente de eso, el Istiqlal propone crear unos cinturones de desarrollo económico en torno a las dos ciudades españolas, situadas a más de 400 kilómetros y en los dos extremos del Rif, una de las zonas más pobres y levantiscas de Marruecos.

La campaña de los nacionalistas ha puesto en una dificil situación a los ciudadanos españoles de origen marroquí que viven en Ceuta y Melilla. Tras la pasada manifestación de Nador, las tres organizaciones musulmanas de Melilla se sintieron obligadas a emitir un comunicado para reafirmar la "invariable" españolidad de este territorio de 12 kilómetros cuadrados que fue ocupado en 1497 por don Pedro de Estopiñán.

"Estamos hartos de tener que salir al paso siempre que se producen hechos así. El musulmán tiene que demostrar continuamente su españolidad, y el cristiano, no", se queja el presidente de la Asociación Sociocultural Neópolis, Abdelkader Mohamed Afi.

El lamento se dulcifica al vol ver los ojos al pasado.'A finales de 1985, musulmanes y cristia nos vivían tiempos de enfrenta miento abierto. "Entonces no po díamos soñar con alcanzar un clima de tolerancia y convivencia como el de ahora. Se ha avanzado mucho en la integración, aunque quedan poblemas pendientes", opina Ali.

"La ciudad huele a 'cuscús"

Los presidentes de las otras do asociaciones musulmanas, Uariachi Mohamed, del grupo Averroes, y Ahmed Moh, de la Agru pación Comunidad Musulmana, coinciden en el análisis. En el extremo contrario, los dirigentes del radical Partido Nacionalista de Melilla expresan su disgusto por el aumento continuo de población musulmana. "La ciudad huele a cuscús", sentencian. Se gún los datos oficiales, el 30% de los 60.000 habitantes de Melilla son de origen árabe.

El ex dirigente musulmán Ao mar Dudú, hoy afincado en Ma rruecos, es sólo un recuerdo. En Ceuta y Melilla, partidos y aso ciaciones ponen ahora sus ojos en los paralizados estatutos de autonomía y en el futuro régimen económico.

Hay quien, como el cónsul en Nador, José Luis Martínez Coto nau, piensa que el futuro pasa por la creación de paraísos fisca les. Las asociaciones musulma nas de Melilla comparten la idea, a la que se opone el delegado del Gobierno. "Los paraísos fiscales sólo sirven para blanquear dinero", zanja Céspedes.

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