Golf para blancos
El torneo de la PGA se juega en un club que no admite negros
El descubrimiento de que el club de golf donde se celebrará, a partir del 9 de agosto, el campeonato de la PGA, el Shoal Creek Country Club, en la ciudad de Birmingham (Alabama), no admite socios negros ha desatado una gran polémica en Estados Unidos. Las reacciones no se han hecho esperar y algunas firmas comerciales se han retirado como patrocinadoras de la retransmisión del torneo. Según el diario Charlotte Observer (Carolina del Norte), por lo menos 17 clubes que organizan torneos de golf en el circuito norteamericano están formados exclusivamente por socios blancos.
Varios grupos pro derechos civiles han amenazado con manifestarse durante el torneo a menos que el club renuncie a tales prácticas, y asegure que aceptará a socios negros.Hasta la fecha cuatro empresas -Honda, IBM, la cervecera Anheusr-Busch y Toyota- han cancelado sus espacios publicitarios en la cadena de televisión por cable ESPN y la ABC, mientras que las aerolíneas Delta reducirán sus anuncios a lo mínimo permitido por su contrato. Según Steve Solomon, vicepresidente de la sección de deportes de ABC, ello supone un mínimo de dos millones de dólares de pérdidas a la cadena con la posibilidad de que haya más bajas. La razón dada por todas las empresas es básicamente la misma: no desean asociarse con una entidad que discrimina abiertamente.
Todo comenzó el mes pasado cuando Hall W. Thompson, presidente del club, afirmó a un diario que no aceptaría socios de raza negra. "El que algo así pueda ocurrir en Birmingham es imposible. Simplemente no se hace", declaró Thompson. "El Country Club es nuestra casa y nosotros admitimos a quien nos da la gana". Al hacerse públicos sus comentarios, Thompson pidió disculpas pero no se retractó.
A raíz de estas declaraciones, el PGA ha propuesto revisar los requisitos de admisión de los clubes que organizan sus torneos. El PGA Tour, una sociedad aparte que organiza el circuito, ha accedido a hacer lo mismo. Calvin Peete, uno de los golfistas de raza negra del circuito, ha dicho que él hubiese boicoteado el torneo de haberse clasificado. Pero el otro golfista de raza negra, Jim Thorpe, se negó diciendo: "Tengo que alimentar a mi familia". El congresista demócrata de Nueva York Charles B. Ranger ha propuesto una ley para enmendar el código de impuestos que beneficien a clubes que discriminan por raza, color, sexo o religión.
Alcalde negro
El doctor Benjamín Hooks, director ejecutivo de la NAACP, uno de los principales grupos defensores de los derechos de los negros, calificó la discriminación como "odioso, inmoral y contrario a las virtudes americanas". Según Hooks, el caso de Shoal Creek es "la punta del iceberg", y criticó al golf por ignorar este problema.Irónicamente el alcalde de Birmingham, Richard Arrinton, es negro y se ha encontrado en la posición delicada de buscar cambios mientras defiende la imagen de su ciudad. Según Arrinton, los reglamentos del club no especifican tal discriminación y ha recibido afirmaciones de directivos en el sentido de que abrirán sus puertas a personas de grupos minoritarios.
Pero críticos como el reverendo Josef Lowrey, presidente de la Southern Cristian Leadership Conference, una organización evangélica pro derechos civiles y humanos, han dicho que "esto es una falsedad porque el club tarda más de un año en admitir a sus miembros y exigen una señal de 35.000 dólares más una cuota anual de varios miles de dólares". Como una solución simbólica a la controversia se ha sugerido que una empresa pague la cuota de socio al alcalde, pero aun así, según el club, hace falta un mínimo de seis meses para aceptar alguien.
La controversia afectará a otros torneos de la PGA. Lo mismo ocurre con el Masters, un torneo independiente considerado como el más prestigioso del golf. Los Open americano y británico son organizados por los órganos directivos de esos países. Hasta la fecha las primeras figuras del golf se han callado, salvo Tom Watson, quien insiste que un club privado tiene el derecho de seleccionar como socio a quien desee.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.