Hacer el toreo

Martínez Conradi, Buendía / Robles, Mendes, Joselito

Cinco toros de Alvaro Martínez Conradi (antes La Quinta), y uno de Joaquín Buendía, con trapío, pero algo fuera de tipo, recibieron un total de ocho varas y su juego fue desigual. Julio Robles: estocada (oreja); estocada delantera y caída (dos orejas). Víctor Mendes: estocada desprendida (oreja); estocada desprendida (salida al tercio). Joselito: metisaca y estocada (salida al tercio); pinchazo y estocada (saludos). Plaza de Santander, 25 de julio. Tercera corrida de feria. Lleno.

En la corrida motivo de estas líneas no se repitió, por fortuna, la verbena del día anterior y no fue porque el público no se divirtiese, que sí lo hizo, como aquí está mandado, pero en esta ocasión hubo más motivos que justificasen el contento, aunque no fuese una tarde de esas para ser recordada durante mucho tiempo.La corrida de Martínez Conradi con un toro de Buendía, tuvo hechuras, pero más kilos de lo que el tipo de la casa nos tiene acostumbrados. Hubo tres toros muy ofensivos por delante y cuanto a su juego destacaron, con clase y nobleza, cuarto y sexto. El primero tuvo clase, pero fue muy flojo y Robles lo mimó y lo mantuvo en pie, muleteando con buen estilo. En el cuarto hizo el toreo y el público supo captarlo. El toro tomó una buena vara y otra cuando se cambiaba el tercio. Robles lo había lanceado vistosamente de salida y en quites y la faena, que fue a más, estuvo presidida por la seriedad, la torería, la hondura y la ligazón. Finalizó con unos preciosos doblones y la estocada fue mejor de ejecución que de colocación. De momento, ésta ha sido la mejor faena de la feria santanderina.

El segundo fue bravo en el caballo, pero llegó dificultoso y avisado al último tergio, en el que no paró de escarbar. Mendes estuvo muy variado con el capote y lo banderilleó con lucimiento, destacando al quebrar el tercer par con mucho aguante. Con la muleta comenzó recio y asentado, pero el astado, avisado, lo prendió sin consecuencias y el portugués prosiguió con pundonor. Al quinto, distraído y probón, lo banderilleó arriesgando una enormidad, salvándole de un percance el subalterno Prados, muy bien colocado. Con la muleta estuvo valeroso, pero molestado por el viento.

El primer toro de Joselito tuvo fijeza y metió los riñones en la única vara que recibió, pero llegó a la muleta poco franco, por lo que el diestro no estuvo cómodo con él, aunque mostrase su buen oficio. El sexto, ofensivo por delante y flojo de manos, fue un buen toro, apto para torearlo muy despacio, pero el aire molestó mucho a Joselito, que no pudo centrarse con el astado, aunque instrumentase una buena serie con la derecha, que no hubiese sido lo único relevante que hubiese recibido la res de haberse podido sentir a gusto Joselito desde el prirner momento.