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Cuando los tomates eran obscenos

El Jardín Botánico dedica una exposición a las plantas que cambiaron los hábitos alimenticios

Elsa Fernández-Santos

Hubo un tiempo en que las protuberancias de los tomates recordaban las formas femeninas "y cuanto de obsceno pueda verse en las mujeres". Una exposición en el Jardín Botánico informa a los visitantes desde el pasado día 10 sobre las plantas que revolucionaron la agricultura y hábitos alimenticios europeos y americanos a raíz de la colonización de América. La muestra permanecerá abierta hasta el día 5 de octubre y cuenta con maquetas de las tecnologías agrarias que hubo en aquella época especialmente construidas para esta ocasión.

La agricultura europea y los hábitos de alimentación y vida del Viejo Continente fueron modificados radicalmente por la importación de algunos nuevos productos, como la papa, el tabaco, el maíz, el pimiento, el cacahuete, el cacao, el girasol y el tomate, sobre el que el cronista Francisco Hernández escribía: "Son redondos, encerrados en una membrana, rojos cuando maduran por completo y con ciertas protuberancias irregulares que no sólo semejan las partes femeninas, sino también hemorroides y cuanto de horrible y obsceno pueda verse en las mujeres".El Jardín Botánico -conjunto monumental neoclásico diseñado en el siglo XVIII por Juan de Villanueva y el botánico Gómez Ortega e inaugurado en 1781 por el rey ilustrado Carlos III- ofrece ahora una visión didáctica sobre el intercambio de plantas de cultivo agrícola que se realizó entre España y América durante la colonización.

Para ello se exhiben además de unas maquetas que reproducen las tecnologías agrarias de aquella época, una colección de libros antiguos de botánica, grabados explicativos y utensilios originales de cultivo, además de plantas curativas y drogas traídas del continente americano. Entre ellas figura la planta de coca de la que un cronista de la época escribió: "Entre las montañas crece un arbusto llamado coca, que los indios estiman más que el oro".

Algunas de las plantas aportadas por el Viejo Mundo se difundieron tan rápidamente en América que no quedó memoria sobre su origen, como por ejemplo el plátano, hoy cultivado con mucha más variedad que en Europa.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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