Pobres de ellos
JOAQUIN VIDAL Los pamploneses y sus visitantes cantaban anoche por las calles el 'pobre de mí, que se acabaron las fiestas de San Fermín', y no se veía por allí, entre el gentío, a José Luis Palomar, El Fundi, Sergio Sánchez, cantando lo mismo, aunque tenían motivos sobrados. Pobres de ellos: les pusieron a lidiar toros condesos, lo que equivalía a buscarles la ruina. Les suelen pasar estas desgracias a los toreros de categoría modesta. Los toreros de categoría modesta no sólo se juegan, el porvenir con los toracos que les echan sino también la vida.
¿Aquello de sobre cornudo, apaleado, que decían? Pues tal cual, salvando las naturales distancias, mejorando lo presente y sin ánimo de ofender a nadie. En el ambiente -llámase también mentidero taurino- eran de oír los elogios a cuanto han hecho días atrás las figuras de la fiesta, principalmente Espartaco. Diríase que Espartaco ha ganado la guerra mundial, él solito. ¡Qué proezas le atribuyen, qué gestos, qué gestas! Y si alguien se atreve a introducir el novedoso elemento de que, en la feria sanferminera, Espartaco toreó inválidos medio descastados mientras para los modestos hubo maulas, ni le escuchan. El toro no tiene importancia alguna, al parecer, ni siquiera entre los que se consideran expertos en la materia.
Corte / Palomar, Fundi, Sánchez, Hermoso
Toros del conde de la Corte, con trapío y comalones, mansos en general y broncos, excepto 4º, manejable. José Luis Palomar. media atravesada a toro arrancado, estocada corta, rueda de peones y descabello (silencio); dos pinchazos, rueda de peones y descabello (aplausos y salida al tercio). Fundi: bajonazo descarado (aplausos y saludos); pinchazo, estocada corta muy baja, rueda de peones y cuatro descabellos (palmas). Sergio Sánchez, que tomó la alternativa: estocada corta tendida trasera (oreja); dos pinchazos y media (ovación y vuelta a hombros). Un toro para rejoneo de César Moreno, terciado, despuntado, boyante. Pablo Hermoso de Mendoza: dos pinchazos con estoque desde el caballo, otros dos con el rejón de muerte, rueda de peones y, pie a tierra, seis descabellos (vuelta por su cuenta). Plaza de Pamplona, 14 de julio. Novena y última corrida de feria. Lleno de 'no hay billetes'.
De manera que si Palomar, Fundi o Sánchez tuvieron ayer en Pamplona maulas, allá ellos. Los resultados son los que cuentan. Pero habrá que explicarlo. Será necesario decir que, salvo el cuarto de la tarde, los toros condesos se revolvían, o se quedaban en el centro de la suerte, o, sencillamente, renunciaban a embestir. Será necesario decir que aún los que embestían con cierta largura eran buscones y metían, aviesos, el pitón por debajo de los engaños (a veces, por encima) al rematarles los pases. Muchos sudores y zozobras pasaron los diestros para intentarles faena, lo que hicieron con valentía y generosidad admirables.
Emotiva alternativa
Toro de tal laya tuvo Sergio Sánchez para su alternativa, que fue emotiva. Palomar le apadrinó con largo discurso y después estuvo cerquita del novicio consagrado doctor, entre barreras, por si era necesario intervenir. Toda la ilusión y toda la fuerza de su vocación torera volcó Sergio Sánchez para sacar partido a aquel toro con ribetes de mulo, y horas adelante, con el sexto, tres cuartos de lo mismo. El público también se volcó. Era importante que el paisano navarrico triunfara y como hubo ocasión de darle oreja, se la dieron con verdadera alegría.
El Fundi, impresionantes arrestos para banderillear y muletear toros peligrosos, hizo ayer su cartelito de diestro pundonoroso y valiente. José Luis, Palomar ya lo traía de otros fastos y pretéritas glorias. Tiene Palomar una veteranía y una técnica que le permiten trastear desahogadamente toros dificiles al estilo del primero, embarcar en las suertes fundamentales, con naturalidad y gusto, toros boyantes, al estilo del cuarto. Mató mal y perdió la oreja, lo que supone gran pérdida para toreros modestos. Cuentan los resultados. Quizá por eso Hermoso de Mendoza dio una vuelta al ruedo que nadie había pedido: para que constase en acta; si bien es de justicia precisar que rejoneó estupendamente. Los toreros modestos están obligados a dejarse la piel en el empeño y armar un alboroto, o pobres de ellos. Así que la última corrida sanferminera les sirvió de poco. Excepto la honra de haber demostrado su torería en circunstancias dificilísimas, de muy poco.
Babelia
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