El próximo martes empieza la liberalizacion de la gasolina, cuyo precio máximo rondará las 80 pesetas
El próximo martes entrará en vigor la liberalización de la gasolina al por menor, cuyo precio máximo rondará las 80 pesetas, según decidirá el viernes el Consejo de Ministros. Para fijarlo, la Administración española se ha visto obligada a añadir dos pesetas al precio antes de impuestos en lugar de una peseta, como era la intención inicial del Ministerio de Industria y Energía. Este cambio responde a una exigencia de la CE que pretende que los precios sean competitivos y permitan la entrada de las multinacionales en España.
La CE exigió a Industria que elevase el diferencial, que queda en sus manos como un arma para ajustar el precio definitivo, en varias pesetas. Sin embargo, tras negociarlo con los responsables del ministerio que encabeza Claudio Aranzadi, se alcanzó el acuerdo de añadir dos pesetas sobre el precio antes de impuestos de la gasolina.Este precio resulta de la media de los seis países comunitarios más representativos (Italia, Francia, RFA, Reino Unido, Bélgica y Holanda) y se revisará cada 15 días. A él se sumarán las dos pesetas y el impuesto (englobará el actual impuesto especial y la renta de monopolio), que se fijará cada año. Posteriormente, se aplicará un IVA del 12%. El precio medio antes de impuestos de la primera quincena será de en torno a 27 pesetas.
En definitiva, quedará un precio máximo al que se debe ajustar cada operador sin poder pasar del mismo a la hora de ponerlo a la venta. Según las estimaciones, el precio máximo rondará las 80 pesetas por litro para la súper. La normal tendrá un precio similar al actual de 74 pesetas y la gasolina sin plomo será alrededor de dos pesetas más barata que la súper.
Este precio máximo es considerado como muy acorde con las aspiraciones de Industria de beneficiar al consumidor y, al mismo tiempo, con los objetivos de las multinacionales del sector de encontrar vía abierta a su instalación en España. Precisamente, las multinacionales han observado con mucho interés el proceso de adopción de un precio máximo sin olvidar sus influencias en Bruselas.
El precio de venta al público de la gasolina para la red de gasolineras españolas adscritas a la red de Campsa será fijado por esta sociedad. No obstante, debe contar con la existencia real de firmas competidoras. Éstas, por su parte, también podrán jugar con los precios, sistema al que están acostumbradas en otros países comunitarios. Algunas fuentes del sector creen que en su irrupción van a tender a la baja.
El nuevo sistema de precios ha sido calificado de "técnicamente inviable" por la Confederación de Estaciones de Servicio "porque es imposible adecuar los surtidores a las nuevas normas, que supondrá la inclusión de céntimos".
En cuanto a la gasolina sin plomo, el Ejecutivo trata de garantizar que su inclusión sea efectiva; es decir, que existan los suficientes puntos de venta como para poder fijar un precio máximo. Las previsiones de Campsa apuntan a que a final de año se podrían superar los 400 puntos de venta.
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