Con traje ligero

En 1932, el público de los cabarés de La Habana se sorprendió con la aparición de Anacaona, el primer grupo salsero formado por mujeres. En 1987, las fundadoras del grupo se jubilaron, acogiéndose a la ley de retiro, y sus hijas tomaron el relevo bajo la protección del Ministerio de Cultura cubano. Y hasta hoy.Las nueve mujeres que forman Anacaona y conservan un nombre con 58 años de tradición, pasean su música por España desde hace tres meses. Han tocado en salas de rock y, en garitos, y después de quedarse compuestas y sin contrato en Barcelona, ofrecen una semana de recitales en el café de la Villa, actuarán el próximo 16 de julio junto a los Van Van en Madrid y están deseando regresar a su isla. "Se extraña mucho", dicen.

Al margen del sexo, que en música es el mismo que el, de los ángeles, Anacaona es un excelente grupo de salsa cubana, que es la madre de todas las salsas. Bajo una bandera de su país colgada en el escenario, Anacaona demostró las cualidades que deben adornar a esta música cuando se ofrece con pureza: energía, precisión, buena interpretación, gracia y ritmo.

En las canciones de Anacaona se encuentra la esencia de una parte fundamental de la música latina, como confluencia de culturas africanas, hispanas y cubanas, que han dado origen a uno de los estilos musicales más ricos y que vive momentos de florecimiento. El grupo tiene en Georgia y Dora Aguirre las continuadoras de la tradición y en Lucrecia Pérez una excelente cantante, perfecta de intención, picardía, afinación y sentido del espectáculo. El trío de percusionistas es enérgico y preciso, la pianista tiene dedos ágiles, la bajista clava el tumbao y los metales suenan ensamblados y con fuerza. Las nueve son músicos de conservatorio, lo que permite a Anacaona una interpretación ajustadísima, relampagueante y equiparable a buenos grupos salseros masculinos.

Con una gran versatilidad instrumental y vocal, Anacaona aborda múltiples estilos latinos, mantiene la esencia sin adulterar de su música y ofrece espectáculo. Perfectas de sincronía, ágiles y enérgicas, sus canciones son una invitación al baile sin inhibiciones. Ya lo advirtieron al final de su actuación: "Vengan preparados y con traje ligero".