El ministro del Interior considera suicidio la muerte de dos miembros del 'comando Nafarroa'

Efectivos de la Guardia Civil encontraron a las 9.30 de ayer, cerca de la presa del río Irati, en la zona denominada Foz de Lumbier (Navarra), los cuerpos sin vida de dos presuntos miembros de la organización terrorista ETA. Los cadáveres, según la versión de los hechos ofrecida en Pamplona por el ministro del Interior, José Luis Corcuera, tenían un disparo en la cabeza cada uno de ellos y presentaban síntomas de descomposición. El ministro consideró que se trata de un suicidio. Vecinos de la localidad de Lumbier han manifestado su extrañeza por el hecho de que nadie escuchara los disparos que acabaron con la vida de los dos activistas.

Los fallecidos son Juan María Lizarralde Urreta, alias Heavy, de 34 años, natural de San Sebastián y miembro activo de ETA desde el año 1979, según la policía, y Susana Arregui Maiztegui, nacida el 11 de agosto de 1964 en Oñate (Guipúzcoa). Arregui realizaban tareas de información para la preparación de atentados del comando Nafarroa, al que Lizarralde pertenecía, según la Guardia Civil.La identidad de la mujer no se conoció hasta media tarde, en que fue confirmada por la Dirección del cuerpo. Desde media mañana, se la había confundido con María José Uzkudun Echenagusia, natural de Regil (Guipúzcoa) y hermana de Begoña Uzkuduri, presunta activista del comando Donosti. Begoña Uzkudun se encuentra en prisión.

Durante toda la noche del lunes al martes el estrecho cañón montañoso conocido como Foz de Lumbier, situado a unos 1.700 metros, permaneció cercado y bajo control de la Guardia Civil, para impedir la salida de los dos presuntos miembros de ETA huidos el día anterior tras un enfrentamiento en el que murió el sargento de la Guardia Civil José Luis Hervás. Del cañón, surcado por el río Irati, es prácticamente imposible salir si no es por dos túneles del antiguo ferrocarril, uno hacia Lumbier y el otro hacia Liédena.

El ministro del Interior señaló en Pamplona que tras una noche sin escuchar disparos, a primeras horas de la madrugada las fuerzas de seguridad efectuaron algunos, sin concretar el número ni la hora, porque creyeron percibir movimientos en la zona. Ni estos disparos ni los efectuados a última hora de la tarde del lunes por idénticos motivos, añadió Corcuera, hirieron a los fugitivos.

Disparos en la cabeza

La versión oficial indica que Juan María Lizarralde y Susana Arregui se dispararon en la cabeza, con una pistola diferente cada uno, tras esconderse en una zona abrupta, situada junto al borde del río, a unos 500 metros del lugar donde se produjo anteayer el primer enfrentamiento con la Guardia Civil y a escasa distancia, unos 15 metros, del punto donde había sido hallado la noche anterior, gravemente herido el tercer miembro del comando, Germán Rubenach Roig.

Lizarralde se encontraba semihundido en el agua y presentaba un único disparo de pistola en la cabeza con trayectoria horizontal. Susana Arregui presentaba una herida con entrada junto a la oreja derecha y salida por la parte lateral izquierda de la cabeza. Bajo el cuerpo de la joven fue hallada la pistola arrebatada el día anterior al sargento asesinado, así como un cargador con 11 balas. En el mismo lugar, al lado del cadáver de Lizarralde, se localizó una pistola Browning con otro cargador y 11 balas y un segundo cargador que contenía dos balas.

Las pistolas con las que, según la Delegación del Gobierno central, se suicidaron ambos, tenían una bala en la recámara cada una. Los cuerpos de ambos fueron levantados a media mañana por la juez del Juzgado de Instrucción de Aoiz, María Jesús Erroba. La juez tomó declaración a los guardias civiles que hallaron los cadáveres. En el mismo lugar, la juez declaró a Televisión Española, único medio al que le fue permitido el acceso mientras se procedía al levantamiento, que podría tratarse de un suicidio por la apariencia de las heridas.

Según explicó en Pamplona el director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, las patrullas que rastrearon intensamente la zona y localizaron al activista herido pudieron no ver los dos cadáveres por lo escarpado del terreno. Germán Rubenach también intentó suicidarse, según comentó el ministro José Luis Corcuera.

La ribera del río donde fueron encontrados los cuerpos está a unos 12 metros de un camino, desde el que se aprecia, a pesar de la maleza, una mancha de sangre. Este punto se encuentra a 500 metros del escenario del tiroteo en el que falleció el lunes el sargento de la Guardia Civil.

Ráfagas nocturnas

Vecinos de la localidad de Lumbier, próxima a la garganta natural donde se produjeron los hechos, han manifestado su extrañeza por el hecho de que nadie escuchara durante la tarde del lunes o la madrugada del martes los disparos que acabaron con la vida de los dos presuntos terroristas.

La única explicación para que no se escucharan los dos disparos es que hubieran coincidido con ráfagas de metralleta de la Guardia Civil o con el vuelo bajo de algún helicóptero que participó en la búsqueda de los fugitivos. Los vecinos, desplazados a la zona de la carretera más próxima a la foz para seguir los acontecimientos, pudieron escuchar el lunes al anochecer dos series de ráfagas de metralleta.

La primera, según una vecina identificada que pidió permanecer en el anonimato, se produjo entre las 20.30 y las 21.15, casi simultáneamente con el hallazgo por la Guardia Civil del activista Germán Ruberach, gravemente herido. La segunda serie de ráfagas se escuchó en torno a las 22.15. Ráfagas que la Delegación del Gobierno en Navarra calificó anteayer por la noche de disparos intimidatorios que se efectuaron al observar movimientos sospechosos en la zona, sin que alcanzaran a nadie.