La noche que chaves no pegó ojo
Manuel Chaves, el próximo presidente de la Junta de Andalucía, se despertó ayer a las 8.30 de la manana, no porque sea habitual en él hacerlo así los domingos, sino porque no podía conciliar el sueño. Era su último día en el hotel Los Lebreros, de Sevilla, su residencia de campaña a falta de casa, porque por la tarde regresaba a Madrid, donde le esperaba un grupo de amigos que querían celebrar su triunfo electoral en Andalucía. Se duchó y salió en solitario a unas e illes también solitarias de una Sevilla que aún dormía, en busca de una taza de café, algo de bollería fina y los periódicos del día.Paseó por las irmediaciones del estadio Sánchez Pizjuán, leyó y comparó titulares, se rió con la caricatura g ie Loredano le hacía en EL PAÍS, y regresó al hotel, ya casi a media mañana, en busca de un nuevo café, de otro bollo y de su mujer, Antonia Iborra, que le aguardaba en la habitación, entre sueños después de la noche electoral, una noche de triunfo que terminó en un bailongo al aire libre, con orquesta incluida, en una terraza de la Plaza de América de Sevilla.
La madrugada anterior Chaves y su mujer se fueron de fiesta a Bilindo, una terraza tradicional de Sevilla amenizadi con una orquesta divulgadora de los mejores pasodobles de a zona. Allí recordó que Huelva tiene una ría y que la jaca galopa y corta el viento cuando pasa por El Puerto caminito de Jerez, en compoñía de Francisco Palomino y Lola González, hermana del presidente del Gobierno; Rafael Delgado, secretario particular de Alfonso Guerra; Txiki Benegasy Gillermo Galeote; Miguel Angel Pino, presidente de la Diputación sevillana, y, Josele Amores, uno de sus hombres de confianza durante la campaña. Chaves se metió en la cama a las 5, no sin antes darse una vuelta por la discoteca del hotel y apurar el último Ballantine.
Cuatro horas después, su antecesor en el cargo. José Rodríguez de la Borbolla, Íntervenía en el programa A vivir que son dos días, que dirige Concha García Campoy en la cadena SER, y que se emitió desde Sevilla. Pepote, que desde anoche se encuentra en Londres para realizar un cursillo de economía del desarrollo, se despedía de los andaluces, asegurando, sobre su futuro, que no le gustan los caramelitos" y sentenciando que el ganador de las elecciones no era solamente Alfonso Guerra, sino el conjunto del PSOE. Guerra, nientras tanto, devoraba los periódicos del día en su chalé de Santa Clara, allá por el aeropuerto.
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