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Se presenta en Barcelona el 'catecismo' de la modernidad

La revista británica I-D, una especie de catecismo para todo aquel que quiera estar al día en cuestiones de modernidad, llegó a Barcelona para hacer su presentación. La sala escogida fue Zeleste, local en el que casi todos los grupos británicos que pasan por la ciudad realizan sus actuaciones; y el cartel, de tono manifiestamente festivo, intentaba ofrecer un combinado en el que humor y baile compartían protagonismo.A pesar de que las estrellas de la noche tenían suficiente popularidad como para justificar una buena entrada, no llegaron a 1.000 las personas que se congregaron en el local del Poblenou para marcarse una noche de petardeo, abierta con el divertido y cutre humor de las Diabéticas Aceleradas, un quinteto a caballo entre lo musical y lo teatral. A base de parodiar con chirriantes y acelerados pregrabados a figuras musicales representativas de las décadas de los setenta y los ochenta, el grupo mallorquín, desternillante en algunas fases de su espectáculo, instaló una sonrisa en la concurrencia, pasmada por la capacidad de trasvestismo de quienes ocupaban la escena. La actuación de las Diabéticas, en conjunto muy adecuada para una fiesta, alternó momentos brillantes con otros más plomizos, pero fue un adecuado inicio para una noche que perdió el gas poco a poco.

'Parties' ingleses

Y si ocurrió esto no fue por la poca predisposición del público a pasárselo bien, sino porque la fiesta en sí no fue concebida de forma correcta. De hecho, la presentación de I-D estaba planteada como fiesta con actuaciones musicales, según la reciente tradición de los parties que florecen en las noches inglesas. Allí, en el marco de discotecas que ya cuentan con un público adecuado y fiel, las noches se alargan entre sesiones de baile y actuaciones de bandas independientes.Por el contrario, Zeleste tiene un público de discoteca y otro de conciertos, y entre ambos no existe relación alguna. El que acudió a la fiesta fue mayormente el de conciertos, y éste no acostumbra a bailar en la pista zelestial, demasiado grande, fría e impersonal para generar sudor. Como la espera entre cada actuación se hacía larga, acabó desertando antes de que la fiesta acabara, con lo cual dejó a Alaska y Boy George ante una platea casi vacía.

Este error de planteamiento se hubiese podido subsanar parcialmente de celebrarse la fiesta en una discoteca-discoteca con un público ya habitual. Al fallar estos extremos, ni la rapper E-Zee Posee, ni Alaska, presentando cuatro temas en grabado parcial de Fangoria, su nuevo proyecto, ni Boy George, olvidando los tiempos de Culture Club a los sones del house y de la música de baile, tuvieron el calor ambiental preciso. Así, cuando la fiesta acabó a altas horas de la madrugada, nadie de los que habían de estar permanecían en la sala. Estaban bailando en otra parte.

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