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La cumbre de Dublín debatirá la prohibición de recurrir a los bancos centrales para financiar el déficit público

La cumbre de Dublín que se celebra la próxima semana debatirá la propuesta de la Comisión sobre la Unión Económica y Monetaria que propone la prohibición de recurrir a los bancos centrales para financiar el déficit público. El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, expondrá hoy a los parlamentarios de la Comisión Mixta Congreso-Senado para las Relaciones con la Comunidad Europea un informe sobre la Unión Económica y Monetaria que recoge los puntos a discutir sobre este tema. El informe destaca la mayor disciplina presupuestarla que exigirá la unión económica europea y pasa revista al papel del futuro Banco Central Europeo.

El pasado mes de mayo, el Tesoro apeló al Banco de España por un volumen de 118.100 millones de pesetas para financiar el déficit público. No obstante, la ley de Presupuestos de este año establece por primera vez que, a finales del ejercicio, la apelación neta al banco emisor tiene que ser nula.El informe sobre unión económica y monetaria que presentará hoy el ministro de Economía, Carlos Solchaga, analiza "las grandes cuestiones pendientes" que debe afrontar la Comunidad Europea para su puesta en marcha. Solchaga expondrá este informe -junto con otro que detalla los retos del mercado interior y expone el contenido del pacto de competitividad que el Gobierno quiere alcanzar con fuerzas sociales y parlamentarias- a la comisión mixta Congreso-Senado para las relaciones con la CE.

La disciplina presupuestaria, la coordinación de las políticas económicas, y la cohesión económica y social son los tres ejes de la unión económica. El primero, la disciplina presupuestaria, incluirá la prohibición del recurso al banco emisor (la clásica apelación del Tesoro al Banco de España) para financiar los déficits. Tampoco serán posibles otras vías de financiación monetaria de los déficits, tales como los coeficientes de caja o inversión, ya que son mecanismos coactivos de colocación de la deuda pública.

El volumen de los déficits públicos también quedará limitado. El informe sobre unión económica y monetaria reconoce que la CE aún no tiene una opinión decidida, y se debate entre los países que defienden reglas específicas que los limiten y quienes consideran que bastaría con establecer un mecanismo regular de supervisión de los mismos. Un criterio de consenso consiste en que el déficit presupuestario nunca supere la inversión pública, es decir, que el ahorro público siempre sea positivo.

La coordinación de las políticas económicas nacionales es el segundo eje de disciplina presupuestaria. Sobre este aspecto tampoco hay un acuerdo de principio, aunque sí se acepta la necesidad de que el Consejo realice una "supervisión multilateral" de estas políticas. El punto de desacuerdo es si esas conclusiones deben ser confidenciales o convendría hacerlas públicas.

El peso del presupuesto comunitario en el gasto público total de la CE es, según el informe, muy escaso. En la actualidad, el presupuesto de gastos de la Comunidad sólo equivale al 3% del gasto público total de los doce. Un gasto que se considera insuficiente para hacer frente a las políticas de infraestructuras, de educación y formación, regional y estructural, que deben acompañar a la unión económica.

El análisis de la unión monetaria europea, mientras, gira en torno al papel del futuro Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) que, al final de la tercera fase de unificación, dará lugar a un único Banco Central Europeo. El informe señala que hay un acuerdo unánime en defender que el objetivo del SEBC debe ser el control de la estabilidad de los precios. En el Informe Delors está prevista la creación del SEBC al inicio de la segunda fase de la unificación, es decir, cuando todos los países ya estén integrados en el SME.

El informe también destaca el acuerdo general sobre la independencia del SEBC del poder político, ya que será este organismo el que dirija y ejecute la política monetaria de la Comunidad. El reparto de competencias entre este embrión del único banco central europeo y el Consejo de Ministros comunitario está aún, sin embargo, lejos de delimitar por problemas de independencia con el poder político.

La política monetaria común es el objetivo último del SEBC. Se trata de que este organismo coordine la actuación de los bancos centrales nacionales.

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