El "barbero' se pasó
Hernández / Landrove, Loren, Montoya
Cinco novillos de Gabriel Hernández, bien presentados y de juego desigual; 42 de Bernardino Giménez, despuntado. Juan Carlos Undrove: aviso y silencio; ovación. El Loren: vuelta; aviso y silencio. Manuel Montoya: oreja; aplausos.
Plaza Monumental, 17 de junio.
Si hubiese algo de más entidad que comentar en la novillada objeto de estas líneas, el tema del presunto afeitado del cuarto novillo pasaría a segundo término. No fue así y por ello este asunto viene a añadirse a la suma de despropósitos y vejaciones al sufrido aficionado que supone el planteamiento de la actual temporada barcelonesa, el peor que nunca se haya dado en la historia de la plaza de toros Monumental, que ya cuenta con 70 años largos de existencia.
Desde luego, los novilleros actuantes no tenían fuerza para exigir el afeitado, pero un novillo así, con los pitones más que sospechosos de manipulación, no debía. haber pasado el reconocimiento veterinario previo. Por lo menos, la afición, no lo pasó.
Del novillo impresentable, de los herederos de Bernardino Giménez no vale la pena hablar más. A Landrove, encargado de su lidia, el público no le tomó en cuenta nada de lo que hizo y al final lo desagravió con una ovación. Su primero no permitía florituras y el diestro estuvo dubitativo y con poco mando. El Loren se encontró con el mejor novillo de la tarde, el segundo, y le hizo un muleteo con buen estilo, aunque corto y refugiándose pronto en los pases de adorno y por alto cuando el novillo pedía más faena; en el quinto, que llegó aplomado al último tercio, los intentos no cuajaron en nada positivo
El tercero manseó en varas pero llegó con excelente son a la muleta y Montoya le dio pases muy templados y mandones aunque se cruzó poco y hubo algún enganchón, además de adornos intempestivos y una estocada atravesada que asomaba, lo que no le impidió recibir la única oreja de la tarde. El sexto era manso y peligroso y Montoya se equivocó al brindar al público tal como pudo verse a continuación con sus infructuosos intentos, que fueron remate de otra tarde para el olvido en Barcelona. Y van...
Babelia
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