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El presidente rumano creará una guardia "leal"

El presidente rumano, Ion Iliescu, ha acusado a la Merecha europea" de querer derribar el régimen de Bucarest y ha anunciado la subordinación de la policía al Ministerio de Defensa y la creación de una guardia nacional "limpia, leal y honesta". En un mensaje de agradecimiento y despedida a los miles de mineros que sembraron el terror en la capital y que el viernes regresaron a sus puntos de origen, Iliescu llamó "a mantener y a desarrollar el espíritu de combate para hacer frente a los elementos desclasados, degenerados y fanáticos". La tranquilidad volvió ayer a las calles de la capital rumana.

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Con la creación de una guardia nacional "impia, leal y honesta", el poder en Rumania recurre de nuevo, en la práctica, al despliegue de una fuerza paramilitar ideologizada que en todos los restantes regímenes del Este de Europa ha sido desmantelada en el periodo de transición por considerarla incompatible con un Estado democrático de derecho. Las milicias obreras de los partidos comunistas han desaparecido, y el Frente de Salvación Nacional (FSN) crea ahora su propia fuerza de choque, leal al partido.Los mineros abandonaron Bucarest el viernes por la noche, y su puesto como "guardianes del orden" lo han asumido unas "brigadas móviles" que patrullan día y noche recogiendo información sobre movimientos sospechosos. Antes de que se fueran, estuvo a punto de producirse un baño de sangre cuando un centenar de gitanos intentó acudir a la estación ferroviaria para vengar, con un ataque a los mineros, a las decenas de miembros de su raza apaleados sin motivo. La policía logró frenarlos cuando con barras de hierro y machetes iban dispuestos a entablar una batalla campal con varios miles de mineros.

El presidente descalificó implícitamente al movimiento democratizador en las Fuerzas Armadas que intenta hacer del Ejército una fuerza apolítica y neutral con la defensa territorial como único cometido. Illescu dijo la noche del viernes: "Éste [en referencia al Ministerio de Defensa] tiene tradición como organización que puede intervenir para defender localidades, territorios y objetivos importantes ".

El Comité de Acción Democratizadora del Ejército (CADA) ha sido disuelto por orden superior. Los indicios de manipula ción de las manifestaciones estudiantiles por parte de agentes de la Securitate, policía política de Ceausescu, para realizar los asal tos al Ministerio del Interior y a la sede de la televisión se fortalecen mientras tanto.

Queda por saber quiénes provocaron esta violencia. Algunos apuntan a una operación para liquidar el desarrollo de una oficialidad en el Ejército convocación democrática que quiere limpiar los cuerpos armados y el poder de personas implicadas con la dictadura de Ceausescu. Supondría un peligro inmediato tanto para Illescu y el primer ministro, Petre Roman, como para el ministro de Defensa, Victor Stanculescu, que, según fuentes de Timisoara, está gravemente comprometido por su participación en la represión de las manifestaciones en aquella ciudad en diciembre pasado.

No se sabe cuál es el papel de generales como Gusa, uno de los primeros en unir sus fuerzas a las manifestaciones populares, jefe del Estado Mayor y hoy relegado como mando militar del distrito de Buzeau. Dada la trama inexcrutable de intereses, conjuras y disputas en un poder político, policial y militar responsable de graves y continuos actos criminales durante la dictadura, aún es prácticamente imposible definir claramente los frentes. Mientras, los medios de comunicación rumanos han desatado una campaña contra la prensa extranjera que ha denunciado la rwepresión lanzada por las autoridades contra la oposición en la madrugada del jueves. Todos están sometidos al dictado del Frente de Salvación Nacional tras haberse impedido la publicación de Romania Libera, Express y otros diarios críticos asaltados por los mine.ros que claman contra las informaciones supuestamente difamantes.

Retórica de guerra

Duro, agresivo y exento de toda sugerencia conciliadora, el discurso de Iliescu se acercó claramente a la retórica de Nicolae Ceausescu, y su más clara lectura fue que el que no le apoye quedará marcado como enemigo. "Retórica de guerra" civil, afirman varios intelectuales en Bucarest.

Un día después de que los mineros concluyeran su violenta estancia en Bucarest, la calma ha vuelto a las calles de la ciudad, pero se mantiene la tensión y la certeza de que se está librando una fiera lucha por el poder.

Según Illescu, el día 13, en que manifestaciones contra su persona desembocaron en los asaltos al Ministerio del Interior, la jefatura de policía y la televisión, fuerzas fascistas intentaron, con ayuda de elementos extranjeros, hacerse con el poder en Rumania. "Estamos ante un amplio escenario en el que no sólo participan las fuerzas internas que no pueden aceptar la idea de que han perdido. Tiene dimensiones europeas. Fue una acción conjunta de las fuerzas derechistas europeas que creen que la derecha tiene que tomar el poder en toda Europa orientaV, dijo. Achacó los asaltos del miércoles a unas fuerzas fascistas dirigidas por Sima Honía, ultraderechista rumano que reside en España desde la II Guerra Mundial.

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