Dirigentes del PSOE con influencia hasta 1986 quieren retomar su poder
Un núcleo de militantes que tuvieron gran relevancia política en el PSOE entre 1982 y 1986 quiere recuperar esa influencia en el partido a partir del 32º congreso, que se celebrará el próximo mes de noviembre. Entre éstos destacan los ministros Javier Solana y Joaquín Almunia y el ex ministro de Educación José María Maravall, todos ellos un tanto distantes del área de influencia del vicepresidente Alfonso Guerra, cuya autoridad sobre el partido permanece intacta, según miembros de la actual ejecutiva. Las posibilidades de que el presidente Felipe González decida hacer una crisis en el Gabinete durante el verano se diluyen cada vez más, en interpretaciones de personas de su entorno.
Los movimientos soterrados y discretos con vistas a tomar posiciones y tener voz propia en el próximo congreso del PSOE continúan produciéndose aunque han tomado otro cariz desde que el presidente del Gobierno, Felipe González, garantizó su continuidad en política.Un cierto revuelo ha vuelto a producirse en los últimos días por las palabras de Alfonso Guerra, que, emulando a su secretario general, dejó traslucir sus más íntimos sentimientos respecto a su reiterado deseo de llevar una vida tranquila alejado de la política.
Sus más cercanos no dudan en señalar que éstas fueron unas manifestaciones sinceras de unos deseos "que siempre están latentes" y de los que no es ajena la etapa que está viviendo desde que en enero estalló el escándalo de su hermano Juan. Dirigentes del PSOE con cierto grado de independencia con respecto al llamado guerrismo consideran, sin embargo, que estas declaraciones no son absolutamente espontáneas y las enmarcan dentro de la campaña electoral andaluza, a sabiendas de que van a provocar reacciones de adhesión al vicepresidente y que se acrecentarán si se cumplen las buenas expectativas del PSOE en Andalucía.
En todo caso, cuatro días después de estas palabras del vicepresidente, son muy pocos los que creen que Guerra vaya a dejar el Gobierno o el partido. Dirigentes del PSOE afectos a Alfonso Guerra aseguran que para Felipe González su número dos es "Imprescindible tanto en el Gobierno como en el partido", especialmente en este último, ya que le libera de toda ocupación partidista y hasta ahora ha conseguido que, a excepción de algunas escaramuzas, el partido funcione al unísono.
Lo cierto es que, con vistas al 32º congreso, antiguos dirigentes del PSOE quieren recuperar el poder y la influencia que durante mucho tiempo tuvieron. Son los casos de los ministros Joaquín Almunia y Javier Solana y el ex ministro de Educación José María Maravall -muy unido al primero-, a quienes no disgustaría formar parte de la comisión ejecutiva federal.
Este "bloque del 82", según denominación de miembros del PSOE, también tiene en cuenta que los miembros de la actual ejecutiva están respaldados por Alfonso Guerra y que, además, hay otras personas del entorno del vicesecretarlo general a las que también se les suponen aspiraciones de formar parte de la dirección del partido. Este sería el caso del coordinador del Programa 2000, Manuel Escudero.
Entre tanto, las versiones que ofrecen los ministros sobre un posible cambio de Gobierno son radicalmente diferentes, ya que mientras algunos creen que en julio se producirán cambios otros apuestan por la continuidad del Gabinete, al menos hasta las elecciones municipales y autonómicas de junio de 1991.
La versión de estrechos colaboradores del presidente del Gobierno se orienta hacia la estabilidad a corto plazo. Esta impresión coincide con la expresada públicamente por la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde. La ministra, el viernes, no sólo restó importancia política a las palabras de Alfonso Guerra en el sentido de que no le veía fuera del Gabinete, sino que extendió la continuidad de todos los ministros hasta el final de la legislatura.
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