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200 técnicos trabajan para que todo esté a punto en el Vicente Calderón

El grupo ha pedido comidas sencillas y una mesa de billar para no aburrirse en sus camerinos

El escenario sobre el cual se desplazarán esta noche y mañana los Rolling Stones quedó listo anoche. Cerca de 100 operarios extranjeros del equipo de la gira Urban Jungle Europe 1990 y 120 españoles trabajaron desde el lunes en el estadio Vicente Calderón de Madrid para instalar la estructura metálica, la misma que el grupo utilizó en su concierto en Berlín. La de Barcelona se está desmontando mientras la de Lisboa viaja rumbo a Marsella.

Los sistemas de sonidos y de iluminación llegaron en la tarde de ayer a Madrid, desde Barcelona. "Los cuatro generadores que utilizamos bastarían para abastecer a una ciudad de 25.000 habitantes", señaló Steve Howard, jefe de producción de la gira de los Rolling Stones por Europa.La potencia del sistema de luces es de 2.000.000 de vatios y la del sonido es de 500.000 vatios. "Nuestro sistema es muy sofisticado. Mediante torres de sonido instaladas en varios puntos del estadio podemos asegurar que el público del fondo escuchará tan bien como el de la primera fila", dijo Howard.

El grupo traslada de ciudad en ciudad 45 toneladas de peso en equipos. El montaje del escenario tarda cinco días pero en 24 horas queda embalado en los camiones, listo para seguir viaje.

La gira por Europa ha tenido un coste similar al de la última gira por Estados Unidos, pero el productor no quiso precisar ninguna cifra. "Estimamos que esta gira será un poco más barata por la experiencia adquirida. Nuestro deseo es que cueste menos que lo que recaudemos a través de las entradas".

Mick Jagger y Charlie Watts participaron creativamente en el diseño del escenario. "En Europa hemos cambiado totalmente el escenario por la mentalidad de la banda. Después de los 70 conciertos por EE UU, el grupo quiso mantener la novedad y la frescura", dijo Howard. Pero hay otra razón: este escenario está pensado para que los recitales comiencen de día y concluyan de noche. "Así hemos podido jugar más con las luces porque en EE UU todos los recitales se hicieron de noche", explicó Howard.

Por expreso deseo de los Rolling Stones, el estadio Vicente Calderón está acondicionado para que cincuenta personas en sillas de ruedas, cuya entrada se efectuará por la puerta 68, puedan ver sin dificultad el recital.

Howard explicó que el sistema de seguridad está compuesto por 500 personas, "algo más que lo habitual en los recitales pero es una forma de garantizar que la gente se comporte civilizadamente".

El productor calificó de "fantástica" la actuación de los Stones en Barcelona. "Aunque la lluvia desconcertó al principio al público y a la banda, todo salió bien. Nuestro espectáculo está diseñado para resistir el agua y más cosas", expresó.

Expectativas

Howard señaló que la banda tiene grandes expectativas respecto al recital en Madrid porque el que ofrecieron en 1982 los dejó entusiasmados. No adelantó ninguna sorpresa especial para este fin de semana y dijo que el repertorio variará en una o dos canciones, "pero no más".Fue imposible conseguir que los organizadores enseñaran los camerinos que utilizarán los Stones. Howard contó que la banda había pedido "cosas muy ordinarias": pollo, pescado, ensaladas, platos fríos y calientes, nada exótico. "Keith Richards pidió la típica tarta inglesa de patatas y carne".

La mesa de billar instalada entre bambalinas, añadió Howard, "es muy importante: "Como vienen a las cuatro y media de la tarde para las pruebas de sonido, es la única manera que tienen para no morir de aburrimiento hasta las diez y media de la noche, cuando salen al escenario". También tienen un televisor para ver los partidos de fútbol del Mundial.

Chuck Leavell, teclista de la banda que acompaña a los Stones en su gira, señaló que el concierto en Colonia ha sido el mejor de los que han ofrecido en Europa. Y Bernard Fowler, vocalista, también incluye el de Rotterdam: "Es el único lugar donde el escenario tembló de los saltos que daba el público". Señalaron que el público anglosajón y el hispano se parece mucho. "Ambos se integran en el espectáculo y cantan juntos. Los norteamericanos son muy individualistas: cada uno grita por su cuenta", dijo Chuck Leavell, que tiene un recuerdo particular del concierto de los Stones en Madrid: ese mismo día nació su hija, que ayer celebró su cumpleaños. "Intenté llamarla diez veces, pero no logré establecer la comunicación".

Ellos conocen bien a la banda inglesa. "Keith es el que más disfruta y lo demuestra. Charlie se queja todo el tiempo pero está feliz porque es el único lugar donde puede tocar la batería: su esposa no lo deja ensayar en casa. El grupo es el sustituto de nuestras familias así que, aunque sea un tópico, la convivencia es muy buena", dijo Leavell.

Las familias respectivas están siempre en contacto: "Patty Richards y sus hijos han estado en Lisboa. La esposa de Wood trabaja en el equipo de la gira. Jerry Hall viene y va debido a sus estudios de Teatro en Londres. Ahora no está con nosotros".

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