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Crisis en el diario comunista italiano 'Il Manifesto'

Juan Arias

Cuando Occhetto anunció, meses atrás, que estaba dispuesto de cambiar de nombre al partido, que ya no se llamaría comunista, y que pretendía abrir un proceso constituyente para que de las ce- nizas del primer partido comunista de Occidente naciera una fuerza política progresista y re formadora de izquierdas, la di rección de Il Manifesto anunció que ellos continuarían califican do a su diario de "comunista".Fue una de las fundadoras, Rossana Rossanda, la primera que levantó la espada contra el proyecto reformista de Occhetto por considerarlo una traición al ideario comunista, precisamente en el momento en que surgía el peligro de una sublimación planetaria del capitalismo. La gran personalidad de Rossanda arrastró a los otros dos grandes líderes del diario, a Pintor, miembro del Parlamento, y a Valentino Parlato, director responsable del diario.

La crisis del periódico se abrió cuando el anciano Pietro Ingrao, uno de los grandes líderes históricos del PCI, se enfrentó frontalmente al proyecto de Occhetto y organizó el llamado frente del no para salvar la identidad del comunismo italiano. Poco a poco, comenzó a notarse una clara tendencia de los responsables históricos del diario a apoyar la línea de Ingrao.

Lo mismo que el congreso de Bolonia: acabó dividido y sin reconciliación ideológica entre Occhetto e Ingrao, también Il Manifesto se resintió de aquella división obligando a sus responsables históricos a tomar una decisión: o estar con Occhetto y su proyecto de refundación radical del partido, o con Ingrao y sus huestes, que se oponían a tal decisión. Y así, el 5 de mayo, Valentino Parlato presentó a la asamblea de redacción la propuesta de que el diario tomase la defensa abierta de la línea de Ingrao, pero la' mayoría de los periodistas de Il Manifesto se rebeló contra tal idea.

Parlato pidió que se sometiera su proyecto a votación, y el secreto de las urnas lo echó abajo. Fue entonces cuando empezó la diáspora.

Primero fue Rossana Rossanda quien, con una carta apasionada, anunció que abandonaba el diario. La siguió Luigi Pintor, pero esta vez con una postura mucho más pura y radical expresada en una carta publicada por el diario, en la que acusa a los redactores de haber cometido un parricidio" y añadiendo que sin él irán a la deriva. Y a Parlato no le quedó otro remedio que abandonar también la dirección del periódico en solidaridad con los otros dos líderes históricos.

La redacción de Il Manifesto, que se reunirá el día 26 para discutir las dimisiones de sus líderes históricos, ha manifestado su deseo de que tanto Pintor como Rossana y Parlato no los abandonen en esta fase tan difícil del diario.

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