La presión fiscal creció un 4,8% en 1989 por la subida de la recaudación del IRPF
., La presión fiscal -el indicador que mide la proporción de los ingresos fiscales en relación con el producto interior bruto (PIB)- creció 1,6 puntos el año pasado, para quedar al borde del 35% del PIB, seis puntos por debajo de la media de la CE. Este aumento de la presión fiscal es consecuencia del incremento de la recaudación de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, resultado de las medidas adoptadas, a principios del verano pasado. Hacienda, no obstante, considera que el dato está relativamente inflado por el retraso en las devolución es de renta.
La subida de la presión fiscal ha estado acompañada por una reducción del déficit público global, inferior a lo previsto, debido a un excesivo gasto de las Comunidades Autónomas, según señaló ayer Antonio Zabalza, secretario general de Planificación y Presupuestos, en la presentación del informe sobre la actuación económica de las Administraciones Públicas en 1989.Los ingresos fiscales de las Administraciones Públicas sobre el total del PIB crecieron en España 1,6 puntos el año pasado, para quedar en el 34,9% del PIB Esto equivale a un 4,8% sobre la presión fiscal de 1988. El 35% de presión fiscal española, que mide el peso del sector público en la economía, es el segundo más bajo de los países de la CE.
La fuerte subida de la presión fiscal durante el pasado año está sesgada al alza, según Antonio Zabalza, por el retraso en las devoluciones de unos 323.000 millones de pesetas del impuesto sobre la renta, que se han producido en 1990 en lugar de en 1989. Las medidas fiscales adoptadas a principios del pasado verano -el aumento de los pagos a cuenta en el impuesto sobre sociedades, la subida del 20% al 25% de las retenciones por los rendimientos del capital mobillario y la incorporación de cuentas financieras, cesiones y seguros de prima única a la retención general del 25%- también han colaborado a la mayor subida de la presión fiscal.
El gasto de las Administraciones Públicas españolas es también inferior a la media comunitaria. España es el país, tras el Reino Unido, que dedica un menor porcentaje de su PIB al gasto público. En concreto, ese porcentaje fue el año pasado del 36,1%, cuando la media europea es de un 43,2%.
A pesar del desfase entre el 36% de la producción total que dedica España al gasto público y el 47% de Italia, el 41,5% de la RFA o el 57,5% de Dinamarca, Zabalza prefirió enfatizar la conveniencia de reducir el déficit. En su opinión, el déficit público global no pudo reducirse todo lo que esperaba el Gobierno por el excesivo gasto de las Comunidades Autónomas.
El déficit público global quedó en el 2,7% del PIB, con una reducción de medio punto sobre 1988, mientras que el Gobierno esperaba reducirlo hasta un 2,3% o un 2,4%. Zabalza pidió "mayor coordinación de las políticas presupuestarias de las Administraciones Territorial y Central, porque creemos que debemos persistir en el esfuerzo de reducir el déficit publico" .
Zabalza también criticó la política de las Comunidades Autónomas al evaluar el mayor endeudamiento de las Administraciones Públicas. El secretario de Planificación y Presupuestos culpabilizó parcialmente a los pagarés forales emitidos por las diputaciones vascas de este repunte del endeudamiento.
Por otra parte, Hacienda ya ha descartado la introducción del control del gasto público a través de una enmienda del PSOE a los Presupuestos de este año en el Senado. El control esperará a los Presupuestos de 1991, aunque no se descarta la posibilidad de que, si la complejidad técnica lo requiere, el control del gasto se regule por una ley específica.
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