González hizo un vibrante elogio del papel del general Jaruzelski en la transición polaca
El presidente del Gobierno, Felipe González, hizo ayer un vibrante elogio del papel jugado por el jefe de Estado polaco, general Wojciech Jaruzelski, en la transición democrática en Polonia; a diferencia del rey Juan Carlos, que, la víspera, omitió en el discurso de la cena de gala mencionar la labor desarrrollada por su huésped polaco. Además de resaltar que su invitado merecía "el respeto y la admiración" el jefe del Gobierno anunció su intención de viajar a Varsovia después de que el primer ministro polaco, Tadeusz Mazowiecki, visite Madrid a principios del otoño.
En el brindis improvisado con el que concluyó el almuerzo ofrecido a Jaruzelski en el palacio de la Moncloa, González resaltó que los cambios políticos sólo son posibles cuando se dan dos circunstancias: una base social que lo promueve y un liderazgo que lo encauza. Este es justamente, en opinión del presidente, el papel desempeñado por Jaruzelski y por el cual se "merece respeto y admiración".Con anterioridad, en la conversación de 90 minutos que mantuvieron antes de sentarse en la mesa, González recordó su primera entrevista con el jefe de Estado polaco en 1985, en Nueva York, al margen de la Asamblea General de la ONU, y aseguró haber sacado entonces la impresión de que sería pronto posible una visita a Madrid del presidente de una Polonia democrática. Después de fomentar en 1981 un golpe de Estado que ilegalizó al sindicato Solidaridad, Jaruzelski ha tenido una actitud dialogante en los últimos años.
Gran parte de la charla en Moncloa estuvo dedicada a comparar los procesos de transición democrática española y de Polonia, que se enfrenta con una crisis económica mucho más severa de la que padeció España en la pasada década. González aprovechó la ocasión para garantizar a su interlocutor la activa presencia de España en los foros de apoyo financiero a Polonia.
González, que resaltó que la visita suponía una intensificación del proceso de intercambios políticos hispano-polacos iniciado con el viaje de los Reyes a Varsovia, expresó también el deseo de que la perestroika del presidente Mijail Gorbachov tenga éxito porque, de no ser así, la estabilidad de Europa correría de nuevo riesgos.
Jaruzelski, que concluirá hoy su visita, empezó la jornada en el museo del Prado antes de acudir al Ayuntamiento donde el alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, le entregó las llaves de oro de la ciudad. Parafraseando el dicho "Ver Nápoles y morir", el presidente polaco expresó su admiración por la belleza urbanística: "Ver Madrid y seguir viviendo".
La mañana concluyó con una visita al Congreso de los Diputados, cuyo presidente, Félix Pons, al que acompañaba el presidente del Senado, Juan José Laborda, le entregó una medalla de oro. Tres nubes se ciernen sobre Europa, dijo Pons en su discurso: El irredentismo, el racismo y el integrismo. Para sortear estos peligros hay que profundizar la educación cívica, la descentralización política y la proteción de los derechos de las minorías.
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