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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

En qué consiste el ser moderno

Casi la mitad de la población alzaba sus cucharillas para comer los restos que de la otra mitad iban quedando en las carreteras, como excedentes de una sociedad teocrática sustentada en un Jehová de cuatro ruedas. Sobre semejante altar se sacrificaban -luego pensaban que qué brutos los aztecas- una media de 60, 200 o 1.500 unidades, dependiendo de la fiesta de guardar, así santificada, hasta un total anual de 6.000 vidas.Tal divinidad era insaciable. Derribaba bulevares, aceras y paseos, dejando tras su estela negra una cosecha de tímpanos, mientras se negaban rampas a las sillas de ruedas, sencillamente porque no formaban parte de la cadena ecológica con la que fabricantes, vendedores, financieros y mecánicos hacían caja. Sinónimo de suerte, este dios se prodigaba en ferias y concursos.

Su templo era cada vez más grande, y tanta devoción acabó por colapsar sus ciudades. Sin embargo, ejércitos de poetas seguían componiendo sus salmos y oraciones, himnos para según que bolsillos, con bellas mujeres como cebo. Decididamente, contra el mono, lo mejor eran más dosis.

La sociedad (supongo anónima) ganaba así terreno al espacio común que debería de ser el Estado, al tiempo que las autoridades que hablaban en su nombre se empeñaban también en sacar tajada con impuestos, permisos, grúas, multas y demás ineficaces pero lucrativos medios.

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En esto consistía ser moderno.-

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