El municipio sanciona a 90 taxistas cada mes por fraude y malos modos
La leyenda "bienvenido a bordo" que campea en los 15.500 taxis de Madrid parece ser exacta. Cada mes, el Ayuntamiento recibe 150 denuncias de personas descontentas con los profesionales dell sector. El cobro de suplementos ilegales, el rechazo de clientes porque su destino está demasiado lejos o cerca y las malas contestaciones centran estas quejas. Concluida la oportuna investigación, 90 de estos conductores son sancionados con la suspensión temporal o definitiva de su licencia.
Todas estas quejas van a parar a la Oficina Municipal de Información del Taxi. De las 150 quejas formalizadas que se reciben mensualmente en este departamento, alrededor de 120 son presentadas por agentes municipales que tienen entre sus misiones la vigilancia de los vehículos que estacionan en las paradas de taxi más significativas de la ciudad, como las situadas en el aeropuerto de Barajas y las distintas estaciones ferroviarias y de autobuses de la capital. Las 30 restantes son denuncias de ciudadanos particulares descontentos con el servicio de taxi."Del volumen total de denuncias recibidas, tramitadas alrededor del 60%, ya que el resto se resuelve con una inspección del vehículo o una entrevista al taxista. Sin embargo, la práctica totalidad del porcentaje de quejas admitido a trámite, acaba en una sanción para el taxista. Estas penalizaciones son siempre muy duras porque consisten en la retirada temporal de la licencia del taxi, dado que el Reglamento de Transportes no prevé la posibilidad de sancionar tan sólo económicamente a los infractores de sus normas", afirma Ricardo Escaso, jefe de la sección de taxis del Ayuntamiento.
Según Escaso, la mayor parte de estas quejas se refieren a irregularidades en el sistema de tarifas o de cobro del traslado -preferentemente cobro de suplementos inexistentes o taxímetros manipulados-, la negativa del conductor a llevar al cliente al destino solicitado por su relativa cercanía o lejanía al lugar en el que se inició el trayecto y la utilización de amenazas e insultos por parte del taxista en sus diálogos con los viajeros.
Derecho de admisión
Los conductores de los taxis madrileños están obligados a transportar a sus clientes donde éstos les indiquen, por cerca o lejos que esté del punto donde se inicie el recorrido, siempre que la dirección solicitada no se encuentre fuera del perímetro del área de prestación unificada del Ayuntamiento de Madrid.La única excepción a esta obligación es el derecho de los taxistas de negarse a llevar a aquellos clientes que les infundan sospechas de peligrosidad para su integridad física o de robo de la recaudación, personas perseguidas por la policía, aquellos otros clientes que porten equipaje excesivamente voluminosos para un turismo o a las personas que pidan trayectos por vías intransitables.
"Exigimos que se apliquen las ordenanzas con todo rigor para que la imagen del sector no se vea afectada por unos cuantos taxistas impresentables", afirma Juan Sánchez, representante de los taxistas en CC OO.
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