La crítica salud de los reclusos origina continuos traslados a los hospitales

En la última relación que facilitaron los abogados de los grapos sobre su lugar de internamiento, el pasado 31 de mayo, Casimiro Gil Araujo y Fernando Fernández González figuran como ingresados en el hospital Penitenciario de Carabanchel. Sin embargo, el 26 de mayo, Gil Araújo fue trasladado al hospital Gregorio Marañón, donde se encontraba ayer, en la habitación 6.117. También Fernando Fernández González estaba ayer en dicho hospital, en la habitación 6.119, sin que sus familiares sepan concretamente a que se debe su traslado, aunque suponen que es a causa de un empeoramiento en su estado general.Joaquín Calero Arcones, que estaba en dicho hospital cuando murió José Manuel Sevillano, se retiró el tubo de alimentación y se o a ponerselo de nuevo, por lo que los médicos le dieron de alta. Calero, según la información de que disponen los abogados, fue trasladado a la prisión de Cáceres II, lo que ha sido desmentido por el director del centro, José Antonio Martín.

Familiares y abogados de los grapos han denunciado repetidamente la nula información que reciben de los continuos traslados que sufren los presos, lo que impide a sus familiares poder visitarlos e interesarse por ellos.