Jabibi Sadam, 'musa, musa'
, En las aburridas horas de espera en Bagdad durante la cumbre árabe, los periodistas locales se deleitaron relatando los fastos desplegados para el 53º cumpleaños del presidente iraquí, Husein Sadam. En medio de una representación de pleitesía asiria y babilónica, a alguien se le ocurrió regalarle un papagayo. Cuando Husein despedía al líder palestino, Yasir Arafat, el avispado loro repetía: "Jabibi Sadam, musa, musa" (Querido Sada, besitos, besitos).
Mientras los ministros de Exteriores árabes discutían el comunicado final, un grupo de ellos consideró la posibilidad de sugerirle a Arafat que pintara los colores palestinos en el avión iraquí en el que suele desplazarse.
El humor egipcio es quizá el más franco. Cuando se les bromea sobre lo extenso de su delegación explican que cada dirigente necesita camarero y cocinero. "Algunos, incluso planchador", afirman, convencidos de la veracidad de una historia apócrifa que asegura que Sadam se enfadó en Arabia Saudí porque en el palacio en el que se alojó le dejaron una arruga en un traje.
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