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La explosión de un paquete bomba causa un muerto y seis heridos en el centro de Valencia

, La policía está desorientada sobre la autoría del envío de un paquete bomba que estalló ayer en Valencia y causó la muerte de Juan Antonio Pérez Herrero, de 35 años, director comercial de Intermediarios Financieros (IF), firma de asesoramiento bursátil. Diego Guevara, de 40 años y trabajador de IF, resultó muy grave y otras cinco personas sufrieron heridas menores. El paquete, entregado por un empleado de la firma Seur, explosionó poco después de las doce horas en la sede de IF, en pleno centro comercial de Valencia. Pérez abrió el paquete y la explosión lo lanzó por la ventana del despacho, ubicado en el primer piso del número 58 de la calle de Colón.

El padre de Juan Antonio Pérez fue secretario general del gobierno civil de Valencia en los años setenta. La víctima era sobrino de Fernando Herrero Tejedor, antiguo fiscal general del Estado y ministro del Movimiento, donde tuvo como subordinado a Adolfo Suárez.Los heridos leves son Luis Barcia, de 26 años y cliente de IF; Vicenta Cuenca, de 72 años; Marina Gómez, de 43; Lucía Segura, de 73, y Dolores Capilla, de 50. Estas mujeres eran pacientes del Centro Valenciano de Ortodoncia, ubicado al lado de IF, y que también resultó afectado por la explosión.

La policía no descartaba ayer hipótesis alguna sobre la autoría del atentado. El método utilizado y el objetivo del crimen desorientaban a los investigadores. Estas fuentes policiales recordaron que los terroristas del GRAPO no han remitido en los últimos anos paquetes bomba. Por otra parte, el objetivo del crimen- una empresa de capital valenciano- no es habitual de ETA. El tipo de explosivo, de carácter artesanal y no de la complejidad habitual de los etarras, hace desconfiar de la autoría de ETA. Esta banda remitió el pasado mes de febrero un paquete bomba a un militar retirado, Francisco Albarracín, vecino de Valencia. Esta fue la primera acción de ETA en la ciudad de Valencia.

En el atentado de ayer, la víctima mortal, Juan Antonio Pérez, se desplomó sobre la marquesina del patio del edificio y posteriormente cayó sobre la acera. Fue trasladado al hospital Clínico, donde falleció a media tarde. La bomba era de gran potencia e iba escondida en una caja de madera similar a las utilizadas para transportar botellas de vino. Su peso aproximado era de tres kilogramos, según la policía. El paquete procedía de Alicante y como falso remitente figuraba el nombre de Antonio García, según un testigo.El portero del edificio donde se produjo el atentado narró con estas palabras el hecho: "Víno un joven que preguntó por Intermediarios Financieros. Le indiqué que era el primer piso, y a los pocos minutos oí una gran explosión y vi caer a la acera a un hombre por la ventana". Este testigo declaró que el paquete "era como una caja de zapatos". Pérez bromeó, momentos antes de la explosión, sobre la posibilidad de que el paquete contuviera una botella de vino de Rioja o se tratase de una bomba.

Una alta fuente policial dijo a este periódico que está prácticamente descartado que se trate de una venganza por motivos personales o profesionales. Explicó que el artefacto había funcionado técnicamente muy bien y confirmó que Juan Antonio Pérez no tenía significación para la policía por haber denunciado amenazas o por tener antecedente alguno.

La explosión de ayer creó una gran alarma y psicosis en Valencia. Especialistas de la policía acudieron a numerosas empresas y domicilios para inspeccionar paquetes que infundían sospechas a sus destinatarios.

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La alarma fue consecuencia de la potencia de la explosión. Una muestra de los efectos de la bomba es que los policías tardaron media hora en encontrar la mano de Juan Antonio Pérez, que había quedado entre los escombros. La explosión destrozó el mobiliario del despacho. Los vidrios y hierros de las ventanas también cayeron a la calle.Un comisario de policía manifestó en el lugar del atentado que los directivos de la empresa no habían denunciado amenazas. El concejal de Seguridad Ciudadana, José Cabrera, presente en el lugar, aseguró que "no existe causa aparente" para elegir a IF como un objetivo terrorista. Cabrera calificó el hecho de "típica canallada terrorista". El presidente de la Generalitat, Joan Lerma, condenó ayer el hecho.

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