Trasplantan dos dedos del pie al profesor que perdió las manos por un paquete bomba
El profesor José María Rubio, herido en un atentado terrorista en Irún (Guipúzcoa) al hacerle explosión en las manos un paquete bomba enviado por ETA, fue recibido ayer, jueves, por el doctor Luis Sheker en la Fundación Kleinert, de Estados Unidos, para ser intervenido quirúrgicamente en la mano izquierda. Tres serán las operaciones a las que será sometido por los médicos que realizarán la intervención, consistente en practicar un injerto de dos dedos de los pies en las manos para que éstos puedan ser utilizados a modo de pinza.
José María Rubio, de 28 años de edad, hasta el mismo día del atentado, el 7 de abril de 1989, había dado clases de prácticas de delineación por ordenador de los cursos cuarto y quinto de la escuela de formación profesional de Irún.José María Rubio está internado en la Fundación Kleinert, en Luisville, Kentucky, especializada en el tratamiento y rehabilitación de este tipo de lesiones. El doctor encargado de su operación, Luis Sheker, le realizará una primera revisión para posteriormente llevar a cabo tres operaciones.
Una primera, que consistirá en efectuarle una hendidura en la mano amputada; una segunda, en la que le cortarán dos dedos del pie derecho, y una tercera, en la que éstos le serán injertados en la mano izquierda. Tras un periodo de rehabilitación no inferior a tres meses, estos dedos colocados a modo de pinza le permitirán seguir desempeñando su trabajo como dibujante de diseño por ordenador.
Interior pagará los intereses
El traslado de él y su novia, la operación y la estancia en la Fundación Kleinert tienen un coste cercano a los 10 millones de pesetas, que serán abonados por la Seguridad Social. Los médicos que trataron a José María Rubio en el hospital fueron los que recomendaron su traslado a la fundación, considerada una de las mejores del mundo en esta especialidad. Un traumatólogo de San Sebastián que trabajó en esta fundación, estudió la posibilidad de que estas intervenciones quirúrgicas pudieran hacerse y de que José María Rubio recuperase parte de movilidad en la mano izquierda.Son muchas las personas e instituciones que han intervenido para que el profesor irunés pudiera trasladarse a Estados Unidos. La Caja Postal ha sido la entidad que ha concedido el crédito, de características atípicas, ya que está avalado por una institución, para que a José María Rubio le pudiesen operar. Los intereses del crédito correrán a cargo del Ministerio del Interior. Los 10 millones que abone la Seguridad Social están al margen de las ayudas que el Ministerio del Interior destina a las víctimas del terrorismo.
Un familiar del profesor, días antes de que éste partiese para Estados Unidos, señalaba que el estado anímico de éste varía bastante, "hay días que está más animado que otros", pero sus esperanzas están ahora en la operación que le practiquen.
En los últimos meses José María Rubio ha estado aprendiendo a manejar una prótesis que tiene colocada en la mano derecha, para lo que asistía diariamente a un centro de rehabilitación. El paquete bomba que dejó mutilado al joven irunés, que combinaba sus clases en la escuela profesional con sus estudios en la escuela de peritos, estaba dirigido, según las sospechas policiales, a un agente del Cuerpo Nacional de Policía que residía en la misma casa.
La bomba, colocada en el interior de un libro de heráldica, fue la señal de ETA para anunciar el fin de una tregua que la organización terrorista había mantenido mientras en Argel conversaban Eugenio Etxebeste, Antxon, en nombre de ETA, y representantes del Gobierno, y el inicio de una pesadilla para un profesor que abrió un paquete pensando que en el interior se encontraba el libro que había solicitado y esperaba recibir por correo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.