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Ayuda peligrosa

El Ayuntamiento de Vitoria pone en marcha un sistema de alarmas para proteger a sus asistentes sociales

Pedro Gorospe

El Ayuntamiento de Vitoria ha puesto en marcha un sistema de alarmas conectadas con la Policía Municipal para proteger de agresiones a los asistentes sociales municipales que trabajan en los barrios. Desde que el Plan de la Pobreza fue puesto en marcha, en marzo del pasado año, se han producido 17 agresiones entre verbales y físicas, de las que cuatro han acabado en denuncias. Amenazas de muerte e insultos son proferidos "afortunadamente de forma poco representativa respecto al total de las familias ayudadas", dice la concejala de Bienestar Social, Elena Peciña, por personas a las que se les comunica la suspensión de la ayuda económica debido al incumplimiento de condiciones.

Los asistentes sociales tienen que compatibilizar en su trabajo la satisfacción de prestar un noble servicio a familias en situaciones límite con la frustración y el miedo de saberse, después de estos hechos, posibles víctimas de los insultos, amenazas e incluso agresiones de personas que no cumplen ninguna. clase de norma ni siquiera en situaciones en extrema necesidad.Esto se ha puesto de manifiesto tras las últimas entradas, en escena de algunas personas acosadas por su situación social de marginación que, sin embargo, utilizan el dinero que reciben de las instituciones para fines muy diferentes a los inicialmente previstos. Drogas, coche, un traje de comunión, o la no escolarización de sus hijos, son varios de los hechos detectados por el Ayuntamiento, que ha puesto en alerta a sus asistentes que inmediatamente suspenden la prestación de las ayudas. El siguiente acto comienza con las agresiones.

Para atajar este tipo de problemas y asegurar la integridad de estos trabajadores municipales, el Ayuntamiento ha instalado en los centros de Casco Viejo, Sansomendi y Adurza, un sistema de alarmas codificadas que en caso de peligro son pulsadas y recibidas de forma inmediata en la Policía Municipal. La alarma dispone de tres niveles diferentes. Muy urgente, urgente o aviso de presentación de agentes sin necesidad de inmediatez. Los pulsadores del aparato están colocados en algún lugar de fácil acceso de la oficina donde trabajan los asistentes sociales, lugar en el que se han producido hasta el momento todas las agresiones.

La elección de estos barrios responde a que entre los tres abarcan el mayor número de las ayudas. En el caso de Sansomendi, la necesidad de este dispositivo queda justificada por la composición de sus habitantes. El alto índice de paro lo convierte en altamente conflictivo y por lo tanto con mayor peligro de que sucedan este tipo de hechos.

Medidas organizativas

Por otra parte, el departamento municipal de Bienestar Social ha adoptado otras medidas de tipo organizativo. La comunicación al interesado de la suspensión de la prestación la hará el director del servicio, y en caso de que vuelva previa cita para aclarar algún aspecto, la Policía Municipal estará presente. Sin embargo, el Ayuntamiento de Vitoria no ha utilizado estas situaciones para limitar la concesión de las ayudas. Este año está previsto gastar unos 350 millones de pesetas dentro del Plan de la Pobreza cuya ley se aprobó recientemente en el Parlamento vasco.Además de la cobertura de los dos niveles -salario mínimo de inserción, el llamado salario social y las ayudas de emergencia-, el Ayuntamiento dispone de una infraestructura propia que le permite ofrece cursos de formación, vicia cotidiana y especializaciones profesionales para las personas acogidas al plan que lo deseen, y se da cobertura a personas que no entran en los requisitos del propio plan. También se conceden ayudas para escolarización.

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Los recursos municipales para detectar los posibles fraudes que se producen en la con cesión de las ayudas son, sin embargo, limitados. Al trámite de la entrega de las facturas se une la posibilidad del control a través del Instituto Nacional de Empleo (Inem), la Seguridad Social y los aparatos de las Administraciones forales. "Sin embargo", explica Elena Peciña, "uno de los controles más importantes que se están dando es el social. Entre ellos se conocen, o incluso los propios vecinos, y en muchas ocasiones denuncian situaciones que se investigan a fondo, si es el caso hasta por la Policía Municipal".

El Ayuntamiento vitoriano prestó ayuda a 1.136 familias durante el pasado año y en el primer trimestre de 1990 el número ha sido de 675. "El número de agresiones respecto del total de las familias ayudadas", explica la concejala de Bienestar Social.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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