El ministro Mikis Theodorakis y el tenor Plácido Domingo, estrellas en Madrid
Llegaron las fiestas del patrón y el cielo se ennegrece. La lluvia es lo más típico de San Isidro, aunque los entusiastas castizos se empeñen un año más en ponerse la parpusa, ellos, y el pañuelo con tres claveles; ellas, para pasearse por Las Vistillas. Por si acaso, los dos actos estelares de las fiestas se celebran bajo techo. En el Auditorio Nacional, Plácido Domingo, y en el teatro Monumental, Mikis Theodorakis. Pero los 10 días festivos dan para mucho más: música pop, rock, zarzuela, chotis, jazz, flamenco, baile, toros, etcétera.
A las 21.30, el pregonero, el periodista Raúl del Pozo, abre las fiestas de San Isidro en la plaza Mayor. Y allí estarán ellos, los sufridos castizos que año tras año intentan abrirse un hueco en la programación. Las Vistillas, feudo verbenero desde hace apenas cuatro años, tendrá organillo con el tradicional maestro Izquierdo -criticado porque suele cortar las piezas- y chotis con Eva el día 15. Pero para ellos nada más. Incluso deberán compartir su reservado los demás días con los admiradores de Las Xoxonees (día 12), José Guardiola (13), Rafael Farina (14), Azúcar Moreno (16), Tijeritas (17) y María Jiménez (18). Es lo más castizo que ha encontrado el Ayuntamiento.Aun así, al alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, se le ha ocurrido promocionar la imagen de la ciudad con música madrileña. Ayer intentó convencer al tenor Plácido Domingo para que fuera la voz cantante de un gran musical sobre la capital que habría de oírse "en todo el mundo". El alcalde no dio más detalles, pero apuntó .que la música de Madrid es desconocida". No hay más que ver el programa de fiestas isidriles.
Domingo, mientras espera el evento que Sahagún quiere estrenar en 1992, actuará los días 12 y 15 en el Auditorio Nacional, acompañado por la Orquesta Sinfónica de Madrid. Para estas actuaciones ha preparado arias de ópera y romanzas de zarzuela. Para el 16, en el teatro Monumental está programado el otro plato fuerte de las fiestas: un recital extraordinario del ministro sin cartera griego, pero también compositor, Mikis Theodorakis, autor, por ejemplo, de la banda sonora de la película Zorba el griego. Theodorakis presentará Estado de sitio, una obra compuesta a finales de los sesenta.
Los 186 millones de pesetas que ha reservado el Ayuntamiento para la ocasión, después de apretarse el cinturón con respecto al programa del pasado año, han llegado para la contratación de más de 50 espectáculos, repartidos en una docena de escenarios.
La plaza Mayor seguirá siendo el telón de fondo de las jotas castellanas del Nuevo Mester de Juglaría (día, 13), invitados a las fiestas isidriles desde los tiempos preautonómicos, en los que, a falta de bandera, y conciencia regional propia, eran saludados por los madrileños con pendones castellanos y estandartes morados El programa se completa con un festival de danzas madrileñas (día 15), un concurso de chotis (16) y la actuación de Javier Bergia (14).
El rockódromo de la Casa de Campo abre temporada el día 12 con el recital de Loquillo, Héroes del Silencio y Los Romeos. El resto de actuaciones pop, rock, heavy y demás ha encontrado acomodo en dos recintos deportivos. El pabellón de deportes del Real Madrid tiene actividad todas las noches. Actuarán, entre otros, Los Secretos, La Frontera, Los Inhumanos, Robert Plant y No Me Pises Que Llevo Chanclas. El campo de fútbol Román Valero acogerá a Pata Negra y Parrita (día 13) y a Robben Ford y Johnny Winter (19).
Desperdigados por otros puntos de la ciudad, el madrileño se va a encontrar con Jazz, en el teatro Príncipe; a la Orquesta Glenn Miller, en los Jardines del Descubrimiento (día 18), o a Phill Collins, en el Palacio de los Deportes (23).
Y esta otra una ruta. En el paseo de Recoletos, los ejemplares de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión; en la plaza de Isabel II, libros sobre Madrid; en la plaza de las Comendadoras, cántaros, botijos y cacharros varios, y en la plaza de Dalí, trabajos en cerámica.
A los castizos, que se gastan cerca de 30.000 pesetas en un traje de chulapón o de chiné, les queda la romería en la pradera de San Isidro, a la vera de la ermita, que abre para la ocasión su fuente de agua, a la que se atribuyen milagrosas curaciones. A ellos, que gastan parpusa (gorra), safo (pañuelo), mañosa (chaqueta), gabriel (chaleco) y babosa (camisa), y a ellas, con claveles blancos si son solteras y rojos si casadas, y a miles de madrileños y visitantes más, ya les llegó san Isidro, un labrador patrón de una ciudad de cemento, que dijo el cardenal Tarancón.
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