"Vivos y con buena salud"

La reciente liberación en Beirut del ciudadano norteamericano Frank Reed ha despertado nuevas esperanzas en las familias de los británicos John Mac Carthy y Brian Keenan, que aún permanecen secuestrados. Las declaraciones de que se encuentran "vivos y con buena salud" parecen haber animado al Gobierno de Londres areanudar sus esfuerzos en busca de un acuerdo que les permita recobrar la libertad. Reed, que se creía uno de los últimos rehenes, compartió parte de su cautiverio con los dos británicos y vio en alguna ocasión a los norteamericanos Terry Anderson y Tom Sutherland. También pudo oír los gritos de otros compañeros de suplicio.

El creciente cerco de los servicios secretos sirios y la nueva guerra global que estalló el año pasado obligan a los secuestradores a extremar la prudencia. Reed, al igual que una semana antes lo hiciera Robert Polhill, ha relatado frecuentes traslados durante sus largos meses de encierro. A decir de numerosos observadores de la zona, los soldados de Damasco, que controlan tres cuartas partes de Líbano, están en condiciones de obtener la liberación por la fuerza de todos los secuestrados. Sólo su alianza política con Irán les impide hacerlo y les constriñe a jugar la baza de mediadores.En lo que sí parece haber una coincidencia, de acuerdo con el relato de los hasta ahora liberados, es en el trato y condiciones de detención. Comida escasa, vida confinada a una habitación -en ocasiones compartida-, vendas en los ojos para no ver la cara de sus guardianes, sótanos intercalados con pisos y unos pocos libros que pasan de unas manos a otras.

"Tras la puesta en libertad del rehén X, he aquí la lista de los occidentales que todavía permanecen secuestrados en Oriente Próximo". Las agencias de noticias repiten la misma muletilla después de cada liberación. A la alegría provocada por la recuperación de cada uno de los presos del fanatismo se une enseguida la angustia por el destino de los que aún permanecen en cautiverio.

Tanto Mac Carthy, cámara de televisión de 33 años, corrio el profesor bnitánico-irlandés Keenan, de 39, pertenecen al grupo de rehenes cuyo secuestro no fue reclamado por ningún grupo. Como ellos, el directivo comercial italiano Alberto Molinari, de 71 años; los cooperantes alemanes Heinrich Struebig, de 49, y Thomas Kemptner, de 29, o los ortopedistas suizos Emmanuel Christen, de 32, y Elio Enríquez, de 23.

Tampoco se tiene ninguna información reciente de los británicos Terry Waite y Jack Mann. Según el ex rehén francés Roger Auque, se encuentra en manos de la Organización de la Justicia Revolucionaria (OJR), grupo que también retiene a los estadounidenses Joseph Cicippio, contable de la Universidad Americana de Beirut, y Edward Tracy, vendedor ambulante, ambos de 59 años. En cuanto a Mann, un piloto retirado de 75 años, unas desconocidas Células de la Lucha Armada se responsabilizaron de su aprehensión en mayo de 1989. Los norteamericanos Jesse Turner, de 42, y Alan Steen, de 51, así como el indio Mitthileshwar Singh, se hallan a expensas de la Yihad Islámica para la Liberación de Palestina.

La más antigua de las organizaciones secuestradoras, Yihad Islárnica, retiene a Terry Anderson, 42, y a Tom Sutherland, 58.