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Un cantante llamado Vilas

El tenista argentino debuta el sábado en un recital

Un año después de anunciar, aunque "sin confirmar", su retirada de las pistas, el tenista argentino Guillermo Vilas, considerado el número uno del mundo en la temporada 1977-1978, debuta el sábado como cantante de house music (un tipo de música de discoteca), en un recital que se realizará en el estadio cerrado del club Obras Sanitarias de Buenos Aires.A sus 37 años, el veterano Vilas, figura legendaria del deporte argentino, donde se le llama "el inventor del tenis" por la popularidad que alcanzó el juego en todo el país cuando ganó sus primeros torneos internacionales, aún no sabe si volverá a intervenir en alguna competición. El síndrome del retiro fue muy duro para Vilas, un jugador que desde su infancia dedicó toda la vida al tenis y logró destacar a base de un enorme esfuerzo. Por no ver, Vilas no vio siquiera el partido de Copa Davis en el que Argentina venció a Alemania el pasado mes de marzo. "Es que cada vez se juega en superficies más veloces", explica Vilas, "y entonces los puntos se deciden con un solo golpe. El servicio es casi definitivo, y no hay creación, sorpresa. Yo prefiero un jugador como André Agassi, que todavía no ha ganado nada grande pero es atractivo para el espectador".

En una entrevista concedida al periódico argentino Página 12, el tenista destaca la participación en el disco que está grabando de su novia actual, la modelo norteamericana Michell Tomas-zewicq, con la que "ahora sí" piensa casarse. Vilas, que ya escribía poemas cuando era un desconocido jugador del circuito, debutó en el rock con las letras que escribió para un disco del músico Luis Alberto Flaco Spinetta, ídolo rockero de los jóvenes argentinos, editado en 1979. Recuerda tras esa experiencia: "Me asusté mucho". Sólo pudo superar el temor a intentarlo nuevamente cuando otro tenista-músico, Vitas Gerulaitas, "me enseñó a divertirme con la música, a jugar con las máquinas".

Guillermo Vilas conoció luego al guitarrista Mark Knopfler, el líder de los Dire Straits, a quien le hizo escuchar sus temas y recibió entonces el estímulo que necesitaba para seguir adelante. Ahora ya está listo para su primer concierto en público. Su horror al fracaso le ha retrasado cinco años. "Quise aprender a cantar y a tocar la guitarra, a pesar de que aquí no se trata de competir. Pero lo he tomado en serio. No es una afición".

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