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Una mujer y su proxeneta apuñalan a un cliente para robarle una cartera con 80.000 pesetas

Un ciudadano domiciliado en Leganés fue apuñalado por una prostituta y un cómplice de ésta, que le arrebataron 80.000 pesetas. El incidente se produjo en la calle de Lígula, esquina a la de Alberto Alcocer, en Chamartín. Éste es uno de los distritos, junto con los de Centro, Tetuán y Latina, donde hay un mayor número de prostitutas femeninas, mientras que Universidad, Chamberí y Buenavista son el principal escenario de la masculina. Este tipo de actividad no supone en sí misma ningún motivo de preocupación especial para la policía.

Un hombre de 41 años se encuentra ingresado en el hospital de La Paz por sufrir cortes y pinchazos de arma blanca en las piernas, los costados, las manos y la mandíbula. Según su declaración, a primeras horas de la madrugada de ayer contrató los servicios de una prostituta en la calle de Capitán Haya y la invitó a subir a su furgoneta Renault. Luego se trasladaron ambos hasta la calle de Lígula, próxima a la denominada Costa Fleming.Cuando se encontraban en dicho lugar, apareció un individuo que intimidó con un cuchillo a la víctima y le exigió la entrega del dinero que llevase. Sin embargo, el cliente se resistió al atraco y fue repetidamente agredido por la prostituta y su presunto proxeneta. La pareja huyó después llevándose la cartera del cliente, que contenía unas 80.000 pesetas.

Sobre la 1.30 horas, una mujer requirió la ayuda de unos patrulleros de la comisaría del distrito de Tetuán, que trasladaron al herido hasta el hospital de La Paz. Agentes de esta misma unidad se han hecho cargo de las investigaciones para identificar y detener a la atacante -una mujer de cabello rubio- y a su cómplice.

Un responsable policial comentó que entre las prostitutas de la calle de Capitán Haya y de otras zonas de Madrid hay algunas que operan en complicidad con su proxeneta para desvalijar a los clientes. Por lo general, el chulo sigue en un coche o en una moto a su mujer y al cliente hasta el lugar donde van a mantener relaciones sexuales. Después ambos le arrebatan el dinero y las joyas, convencidos de que la víctima no va a ir a denunciarles a la comisaría porque tendría que dar explicaciones engorrosas.

La zona donde se produjo ayer este incidente es la denominada Costa Fleming, que en la actualidad no tiene el viejo esplendor de la década de los 70, puesto que sólo subsisten unos pocos clubs. Ahora, todo el ambiente nocturno se desarrolla en el otro lado del paseo de la Castellana: en las calles de Capitán Haya, Rosario Pino y Francisco Gervás. En este triángulo hay saunas y clubs de alto nivel, donde trabajan mujeres que cobran alrededor de 25.000 pesetas por servicio, pero también hay una veintena de chicas que trabajan en la calle y reciben unas 5.000 pesetas por cliente.

Drogadictas

En la zona de Centro hay tres focos de prostitución: la calle de Ballesta-Desengaño-Barco; Montera-Jardines-Caballero de Gracia; y la calle de la Cruz. En la primera, unas mujeres captan a los clientes en la calle y otras en los clubs de alterne, cobrando entre 2.000 y 5.000 pesetas por servicio. En la segunda, todas las chicas pasean por la calle y se ocupan en las pensiones cercanas. En la calle de la Cruz, la mayoría de las prostitutas son drogadictas o mujeres de edad avanzada.Otro de los lugares donde se reúnen las prostitutas baratas, entre ellas mujeres casadas de vida aparentemente normal, es la Casa de Campo, en parajes próximos al lago. Las prostitutas y sus clientes mantienen relaciones en los coches de estos últimos, aunque hay algunas que van equipadas con furgonetas especialmente preparadas para tal menester.

Travestidos

Por otra parte, la prostitución masculina se localiza en el paseo de Camoens, en el parque del Oeste, donde es habitual la presencia de 12 o 14 hombres. Estos, según un estudio de la comisaría del distrito de Universidad, trabajan unas seis horas al día. Cada uno de ellos gana mensualmente unas 300.000 pesetas y dicen que muchos de sus clientes son personas de clase alta o media alta.Hace unos días, un travestido declaró haber sido violado por un cliente. El denunciante facilitó el número de la matrícula del automóvil del autor del delito y, gracias a esa pista, la policía logró identificarle y detenerle: resultó ser un hombre de buena posición económica, residente en Majadahonda.

Un coche del 091 patrulla con bastante frecuencia por el parque del Oeste con la finalidad de evitar altercados o que los travestidos sean víctimas de asaltos, no para impedir el trabajo de éstos.

En el cruce del paseo de Eduardo Dato con el paseo de la Castellana y en las inmediaciones del museo de Ciencias Naturales también hay pequeños focos de prostitución masculina, aunque fuentes policiales aseguran que se trata de "grupos muy reducidos".

En las calles de Jener y Marqués de Riscal han desaparecido prácticamente los travestidos que tiempo atrás ocasionaron las protestas vecinales. El último incidente surgido aquí se debió a que dos hombres utilizaban un portal para ejercer allí su trabajo, pero el conflicto terminó cuando los vecinos colocaron unas rejas para impedirles el acceso.

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