Savimbi pide una reunión urgente con el presidente angoleño para tratar la paz

Los rebeldes angoleños piden un "encuentro urgente" en Portugal entre el presidente José Eduard dos Santos y el líder de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA), Jon Savimbi, para concluir un alto fuego y preparar las negociaciones de paz.En un comunicado divulgad el martes en Lisboa, UNITA reconoce por primera vez al presidente José Eduardo dos Santos como el "jefe del Estado angoleño" y "árbitro de futuras negociaciones para el alto el fuego, la paz y la democracia" en la excolonia portuguesa. Dos Santos es también el presidente del partido marxista MPLA-PT, en el poder en Luanda desde 1975, pero UNITA le pide que "se coloque por encima de las polémicas políticas".

En los primeros contactos directos entre representantes del Gobierno angoleño y de UNITA, realizados en Évora (Portugal los días 23 y 24 de abril, la cuestión del reconocimiento de las instituciones), del orden constitucional fue el principal tema de divergencias, pero desde entonces ya se verificaron pequeños pasos en el sentido de un acercamiento: UNITA, que ya había reconocido la legalidad del Estado angoleño pero no la legalidad de un Gobierno "no legitimado por elecciones democráticas", acepta ahora una de las instituciones de este mismo Estado, la del presidente de la República.

Las negocliaciones deberían realizarse, según UNITA, en Lisboa o en Kinshasa, capital de Zaire, y con la presencia de cuatro observadores: el subsecretario estadounidiense Herman Cohen, el secretario de Estado portugués Duro Barroso, el embajador cubano Carlos Aldana y soviético Anatoli Adamishin (recientemente nombrado embajador en Roma).

A su vez, Eduardo dos Santos, en el discurso pronunciado en Luanda durante las conmemoraciones del Primero de Mayo, reafirmó la intención de organizar elecciones democráticas y de implantar el pluralismo político en Angola, aunque sin precisar fechas. Según fuente oficiosas, Washington exigiría un plazo no superior a dos año mientras que Luanda propone cinco años.