Los cuatro retos que el Gobierno deberá superar
El primer ministro, Mulud Hamruch, habla de una economía de mercado en Argelia, expresión que se hubiera considerado una herejía hace 18 meses. Para conseguir los objetivos económicos, propuestos, las autoridades se enfrentan a cuatro retos. El primero es absorber la economía sumergida o la industrialización clandestina, que no queda reflejada en las cifras oficiales y cuyo importe se calcula en un tercio del producto nacional bruto.El segundo reto, que la legislación fiscal de este año pretende vencer, consiste en reducir el exceso de dinero en circulación y reconducir el crédito. El déficit presupuestario se redujo de 20.000 millones de dinares a 6.000 millones en 1989. El crédito a medio y largo plazo no viene ya determinado por el proceso de planificación, y el banco central goza de unos poderes que jamás tuvo anteriormente. Entre tanto, se está llevando a cabo una reforma muy considerable del sistema fiscal, que no será fácil de poner en práctica debido a la naturaleza clandestina de gran parte de las actividades, a la :ausencia de inspectores de Hacienda bien preparados y a la escasa disposición de los tribunales, al menos hasta la fecha, para imponer penas de alguna importancia.
Otro reto consiste en reformar el rígido modelo de salarios que el Estatuto General del Trabajador introdujo hace cinco años. Esto significará la reducción de un gran número de puestos de trabajo, especialmente en las empresas estatales, pero al mismo tiempo abrirá nuevas oportunidades de empleo, tan necesarias en un país donde los jóvenes son, de hecho, el principal partido. El ministro de Hacienda se ha guardado algunos ases en la manga, entre los que se cuentan el apoyo tan considerable que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional prestan a los intentos reformistas argelinos. Países como Francia, España e Italia también han ampliado sus préstamos, pues desean tan fervientemente como los dirigentes argelinos que el país más grande del norte de Africa no se vea obligado a renegociar sus 24.500 millones de dólares de deuda exterior, la otra gran amenaza. Demasiado bien saben que esta solución les serviría en bandeja la victoria a quienes se oponen al presidente Chadli. La deuda de menos de tres años asciende a 7.000 millones de dólares, que es una cifra muy elevada si se compara con los 10.500 millones de dólares de ingresos por ventas al extranjero conseguidos el año pasado.
Petróleo y gas
De todas formas, si la política argelina en el sector del gas y en las prospecciones petrolíferas -que está siendo más liberal, atrayendo por lo mismo a empresas como Cepsa, Agip, Compagnie Française des Pétroles y la empresa norteamericana Anandarko- se puede ampliar a otros sectores además del de los hidrocarburos, Argelia tiene todas las oportunidades de salir victoriosa. No son pocas las empresas que estarían dispuestas a invertir y crear puestos de trabajo.
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