Serra deja vacante la jefatura del Estado Mayor conjunto de las Fuerzas Armadas

El ministro de Defensa, Narcís Serra, mantiene vacante desde enero la jefatura del Estado Mayor Conjunto de la Defensa, uno de los principales puestos de las Fuerzas Armadas. Esta vacante evidencia la situación de interinidad que atraviesa la cúpula militar, cuyo relevo se ve dificultado por la necesidad de que los nuevos mandos merezcan la confianza de Serra y no alteren el equilibrio de poder entre los ejércitos.

La designación del almirante Pedro Regalado como jefe de la Zona Marítima del Mediterráneo, en sustitución de Jaime de Inclán, quien falleció el pasado 19 de enero, ha dejado vacante la jefatura del Estado Mayor Conjunto, uno de los cargos de mayor responsabilidad operativa de las Fuerzas Armadas y el de máxima confianza del principal mando militar, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, teniente general Gonzálo Puigcerver.Tres meses después de que se produjera la vacante, el ministro de Defensa, Narcís Serra, no tiene intención de cubrirla, ya que el general Puigcerver ha expresa do con toda rotundidad su deseo de pasar a la reserva (ver EL PAÍS del 9 de diciembre) y es lógico esperar a que quien le sustituya proponga a su más estrecho colaborador. La existencia de esta vacante agudiza, sin embargo, la situación de interinidad que atraviesa la cúpula militar.

Aunque la reforma introducida en la ley del Personal Militar permitiría a los actuales miembros de la Jujem seguir en activo durante algunos años, todos ellos esperan ser sustituidos, con desigual impaciencia, desde las pasa das elecciones legislativas. Una vez que el retoque introducido por Felipe González en su gobierno, con la sustitución del ministro de Trabajo, ha confirmado la permanencia de Serra al frente del departamento de Defensa a medio plazo, sólo las dificultades con que tropieza la renovación de la cúpula militar explican que se prolongue la interinidad.

Pardo de Santayana

Uno de los elementos que complica la sustitución de la Jujem es el pase a la reserva, el próximo 31 de mayo, del representante español en el Comité Militar de la OTAN desde 1986, el teniente general José Ramón Pardo de Santayana, ya que su baja incrementa el número de puestos delicados que Serra debe cubrir de forma inmediata con militares de total confianza. La única posibilidad que tiene Pardo de Santayana de continuar en activo es, precisamente, entrar a formar parte de la cúpula militar antes de concluya el próximo mes.

Pardo de Santayana cuenta con el respaldo incondicional del Ejército de Tierra, que le considera su candidato natural a la dirección de la nueva Jujem, y con importantes apoyos en la Armada. Sin embargo, los responsables del Ministerio de Defensa consideran que este general, cabeza visible de una nutrida saga de jefes militares, no tiene el perfil profesional idóneo para afrontar desde ese puesto la difícil etapa que se avecina a las Fuerzas Armadas, tanto por la aplicación de la ley del Personal Militar como por las consecuencias de la conferencia de desarme de Viena.

Según una ley no escrita pero que hasta ahora ha sido aplicada escrupulosamente, el nuevo jefe de Estado Mayor de la Defensa debería pertenecer al Ejército de Tierra, ya que el actual es del Aire y el anterior, de la Armada. Los altos cargos del departamento afirman que no tiene por qué mantenerse la rotación de los ejércitos en la jefatura de la Jujem, pero parece difícil romper la costumbre cuando le toca a Tierra, donde está arraigada la idea de haber sido discriminada en los últimos años.

De seguirse este criterio, el capitán general de Madrid, José Rodrigo Rodrigo, y el de Sevilla, Ramón Porgueres Hernández, serían los militares con más posibilidades de sustituir al general Puigcerver al frente de la Jujem; aunque tampoco se descarta al jefe del Cuarto Militar del Rey, Jaime Barra Alcántara preferido de Tierra, si no prospera la candidatura de Pardo de Santayana.

El militar de mayor confianza de Serra es, sin duda, su jefe de gabinete desde abril de 1986, Ramón Fernández Sequeiros. Para los responsables del ministerio, sería el sustituto ideal, de Puigcerver, si no perteneciera al Ejército del Aire, igual que éste; y también haría un buen papel como representante militar en la

OTAN. No obstante, lo más probable es que Serra lo sitúe al frente de la Fuerza Aérea, inmersa desde hace meses en una profunda crisis por el contencioso de los pilotos.Quien casi seguro estará en la próxima cúpula militar será el almirante de la Flota, Gonzálo Rodríguez Martín-Granizo, como jefe de la Armada o incluso de la Jujem, si Defensa encontrara la forma de compensar a Tierra por la ruptura del turno.