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Los últimos de la cola

Especialistas en reúma, dolencia que ha padecido un 38% de la población, critican la deficiente asistencia

Milagros Pérez Oliva

El 38,6% de la población sufre o ha sufrido algún proceso reumático y, sin embargo, esta patología es de las peor atendidas por el sistema sanitario, que ni siquiera dispone de los especialistas necesarios para atender al gran contingente de enfermos que acude a los ambulatorios, según la Lliga Reumatológica Catalana. La entidad, integrada por médicos y pacientes, ha sido constituida precisamente para impulsar una mejora en la atención médica a los reumáticos, en la línea ya defendida por la Liga Reumatológica Española, presidida por José Luis Ferrer.

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La primera carencia se produce en la asistencia primaria, en los ambulatorios. De cada 10 pacientes que acuden al ambulatorio, tres padecen un proceso reumático, pero el médico de cabecera no posee la formación adecuada para abordar correctamente esta patología que presenta más de 300 modalidades distintas, según las asociaciones de afectados.Un estudio efectuado por la Sociedad Española de Reumatología en 1980 indicaba que el 28,6% de las personas de más de 20 años y el 40% de las de más de 50 recibía en ese momento asistencia médica por un trastorno reumático. Esta enfermedad, de origen y causa todavía desconocidos, era además la responsable del 40,5% de las incapacidades laborales del aparato locomotor que se producían en las personas mayores de 50 años.

Ahora se está preparando una nueva encuesta, pero todos los especialistas coinciden en que la situación no ha cambiado desde entonces. A pesar de ello, la inmensa mayoría de los centros de asistencia primaria no disponen todavía de reumatólogo, lo que provoca muchas veces un largo peregrinaje del paciente por distintos especialistas antes de poder obtener un diagnóstico cierto. Un estudio reciente revela, al respecto, que el 50% de los enfermos afectados por alguna modalidad de reúma han sido primero enviados al traumatólogo, que tampoco posee una preparación adecuada para atender esta patología.

"Existe un programa para formar reumatólogos dentro del sistema MIR, pero la mayoría de los titulados no puede ejercer su especialidad puesto que las pocas plazas que se convocan son hospitalarias, cuando el mayor contingente de enfermos reumáticos es atendido en los ambulatorios", afirma Yvonne Breysse, reumatóloga y vicepresidenta de la Lliga Reumatolólgica Catalana.

Errores de diagnóstico

Todos los ambulatorios deberían tener un reumatólogo, reclaman las asociaciones mencionadas. El Insalud ha iniciado en Madrid el traslado de algunos especialistas a la asistencia primaria, pero el programa es todavía muy incipiente. Así, en los ambulatorios del área de La Paz, que atienden a más de medio millón de personas, sólo hay en estos momentos cuatro reumatólogos, cuando debería haber 10. En otras comunidades autónomas ni siquiera se ha iniciado la dotación de especialistas. En Cataluña, por ejemplo, no hay reumatólogo en ningún ambulatorio."Es urgente que el reumatólogo pase consulta en los ambulatorios, organizando el trabajo de tal modo que también pueda hacer asistencia hospitalaria", afirma el doctor Juan Gijón Baños, responsable del área de La az y miembro de la Liga Reumatológica Española. En la mayoría de los hospitales, la lista de espera de la consulta de reumatología supera los tres meses y en algunos puntos de España alcanza incluso hasta ocho. Contrariamente a lo que pudiera parecer, el reúma no es una enfermedad exclusiva de la vejez. "Precisamente son los jóvenes quienes padecen las afecciones más graves", afirma Yvonne Breysse. Y el médico de cabecera no espera, habitualmente, que un joven sufra reúma.

La primera consecuencia de estas carencias es la frecuencia de errores médicos que pueden empeorar el curso de la dolencia y la calidad de vida del paciente. Un estudio reciente revela que sólo en el 22% de los casos, el diagnóstico que figura en el volante que trae el paciente cuando acude al hospital coincide con el diagnóstico definitivo. "Es frecuente encontrar casos de artrosis tratados como artritis reumatoidea", explica la doctora Breysse. "La artritis es una dolencia crónica inflamatoría, que suele aparecer en personas jóvenes y es mucho más invalidante que la artrosis. Ésta, en cambio, es mucho más frecuente en personas mayores. Si no se tiene una preparación adecuada, es difícil distinguirlas. Pero la artritis reumatoidea precisa un tratamiento de fondo bastante agresivo, que no debe utilizarse nunca en el caso de artrosis, porque puede provocar daños secundarios".

Hay otras modalidades, como la polimiálgia reumática -que se caracteriza en que quien la padece pierde la fuerza de las extremidades-, que precisan tratamientos intensos a base de corticoides. En este caso, explica Ivone Breysse, el control del medicamento debe ser sumamente estricto y efectuado por un especialista porque los corticoides pueden producir efectos adversos graves.

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