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Entrevista:

"Yo soy un leal"

Chaves, candidato a la Junta andaluza, reconoce que Rodríguez de la Borbolla es más popular que él

Manuel Chaves, a sus 44 años, lleva toda la vida haciendo las maletas. Nacido en Ceuta e hijo de un coronel de Artillería, su infancia y su adolescencia las pasó al calor de los traslados militares. Ya en el PSOE, en sus últimos 14 años, ha montado casa primero en Sevilla, luego en Bilbao, después en Cádiz y desde julio de 1986 en Madrid. El recién elegido candidato socialista a la Junta andaluza, todavía, ministro de Trabajo, se define como "un leal". Y anuncia: "No voy a dedicarle ni un solo segundo al caso Juan Guerra".

Pregunta. Alfonso Guera le ha hecho a Felipe González una crisis de Gobierno y usted anda por medio. ¿Qué pasa en su partido?Respuesta. No es cierto que haya crisis de Gobierno, sino simplemente la sustitución de un ministro por otra persona. Y nunca en estos últimos meses Alfonso Guerra me ha hecho la más mínima indicación para que yo viniera a Andalucía como candidato. Sólamente he hablado con el presidente del Gobierno, lógicamente como uno de sus ministros, para preguntarle si, en el supuesto de que el partido en Andalucía me propusiera como candidato, estaba dispuesto a prescindir de mi. Me dijo que sí y, al mismo tiempo, que estaba de acuerdo con mi candidatura.

P. Posiblemente Guerra no, pero sus hombres le han insistido durante varios meses...

R. No. A mi no han sido los hombres de Alfonso Guerra los que me han insistido. Ha sido el partido en Andalucía y el comité ejecutivo federal quienes me han venido sugiriendo y formalmente proponiendo que aceptara la candidatura.

P. No hay crisis de Gobierno, pero la opinión pública percibe una crisis de partido. Se habla de cacicadas, rasgos autoritarios y de que un partido no se puede controlar imponiendo el miedo.

Elección democrática

R. Eso no es cierto. En mi caso, la decisión podrá ser acertada o no. Sólo lo podremos saber cuando se celebren las elecciones. Lo. que nadie puede poner en duda es que ha sido una decisión escrupulósamente democrática y adoptada, por mayoría absoluta, en el seno del órgano competente: el comité director de Andalucía.P. Existe la impresión de que usted viene a Andalucía forzado. Le han denominado el candidato a palos.

R. Eso es un intento de descalificación personal. No me preceupa. En primer lugar, cuando se especuló sobre la posibilidad de que fuera candidato a la Junta, allá por diciembre y enero, yo dije que mi única preocupación era centrar mi actividad en la responsabilidad que tenía como ministro de Trabajo y Seguridad Social. El momento era tenso y muy delicado porque iniciábamos el proceso de negociación con sindicatos y empresarios. Y los efectos podían ser muy importantes para la economía española. Dije que no quería que se me distrajera absolutamente con ninguna otra cuestión.

P. Las encuestas le dan a Rodríguez de la Borbolla mayor popularidad que a usted.

R. Yo no conozco esas encuestas, pero en cualquier caso es cierto que José Rodríguez de la Borbolla es más popular y conocido en Andalucía que yo. Ahora bien, yo creo que parto de una buena situación en esta campaña electoral. He visto recientemente una encuesta que apunta que soy conocido por el 57% de los españoles, y si soy conocido así en el resto del país también debo serlo en Andalucía.

P. ¿Existe una razón pública que justifique el cambio de usted por Rodríguez de la Borbolla,?

R. Tengo que reconocer que eso es dificil de explicar. En todas las formaciones políticas democráticas es habitual el cambio de candidato y en la historia se repiten sucesivamente ejemplos. Es una cosa normal y no hay que extrañarse. Incluso puede ser positivo para la democracia. En el caso nuestro, no es un problema de mala. gestión de José Rodríguez de la Borbolla, que estoy convencido de que ha hecho una buena gestión, sino que se trata de tomar el relevo y de dar impulso a una buena gestión ante situaciones nuevas.

P. ¿Qúe le une y qué le separa de Rodríguez de la Borbolla?

R. El sábado estuvimos charlando hasta las 3.30 de la madrugada. Me une con él una gran amistad. Coincidimos en un mismo proyecto. Ambos formamos parte de una mayoría del partido que tiene unos líderes claros y significados. ¿Separarnos? Nada fundamental.

Fidelidad y disciplina

P. De usted se dice que es un hombre disciplinado, de fidelidades personales.R. Yo soy un leal con las personas, sobre todo con los amigos, y entiendo esa lealtad con reciprocidad. Soy leal de la misma forma que pido que los otros sean leales conmigo. Cuando hay que estar en un partido político hay, que estar con todas las consecuencias y, en una situación de disponibilidad. Nunca en mi vida he tenido ambición o apetencia personal hacia el cargo político. Ni siquiera en el Ministerio de Trabajo. Quizás esto haya podido también ser entendido como resistencia a venir a Andalucía.

P. ¿No cree muy arriesgado que con su salida del Gobierno se pueda llegar a comprometer el éxito de la segunda parte de la concertación?

R. Estoy convencido que no. Creo que he aportado bastante al éxito del proceso de negociación, quizás porque tengo un talante de diálogo y de búsqueda del consenso. En todo caso la estrategia de la negociación no es mía. Es del Gobierno.

P. Le espera una campaña alterada, donde no va a estar ausente el caso Juan Guerra.

R. La campaña va a ser dura mi deseo, tal vez un tanto voluntarista, es que se pudiera centrar en los grandes temas de Andalucía. No voy a dedicarle ni un sólo segundo al caso Juan Guerra, al caso Naseiro o a cualquier otro que pudiera surgir relacionado con partidos o candidatos.

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