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Dulce tentación

El efecto del azúcar en la conducta de los niños depende de la forma en que lo consumen

¿Qué deberían hacer los padres en lo que respecta al azúcar en la dieta de sus hijos? Fomentar la moderación en todos los aspectos de la dieta, afirma el doctor C. Keith Conners, profesor de psicología médica en el departamento de psiquiatría de la universidad Duke, tanto por motivos de nutrición como de comportamiento. Esto no significa que los padres deban prohibir el azúcar a los niños. No obstante, tienen que tener cuidado de con qué ingieren el azúcar, porque el que tenga un efecto perjudicial depende, sobre todo, de qué otra cosa haya en el estómago.

Especialmente en el desayuno, el azúcar debe consumirse junto con proteínas. Un tazón de cereales azucarados está bien si va acompañado de leche. El azúcar de la fruta, incluso de los frutos secos, no produce el mismo efecto que otros azúcares: los neurotransmisores del cerebro no responden igual a la fructosa. La fructosa no libera insulina de inmediato, como hacen otros azúcares, y por tanto, no tiene el mismo efecto sobre los niveles de un neurotrasmisor llamado serotonina, que en niveles elevados produce un aumento de somnolencia y menos reflejos.Hay una larga lista de historias de terror relacionadas con el consumo de azúcar: hiperactividad en los niños; diabetes, colesterol elevado... Existe poca evidencia científica de que el azúcar ocasione estas consecuencias, pero se cree que, bajo ciertas circunstancias, las agrava.

"Existe una cantidad razonable de indicios de que lo que comemos regula nuestra química cerebral", dice Bambi Young, profesor visitante en el departamento de epidemiología de la universidad de California en Los Ángeles (UCLA). "Y resulta más pronunciada en ciertos individuos y bajo ciertas circunstancias. Hay algunas personas, especialmente niños pequeños, que son supersensibles a ello".

El azúcar es un hidrato de carbono, como la pasta y los cereales. Pero el primero es un hidrato de carbono simple y la pasta y los cereales son hidratos de carbono compuestos. Pero son mundos aparte. Todos los hidratos de carbono están compuestos de uno o más azúcares simples. Otros nombres bajo los que aparecen los azúcares son: glucosa (azúcar de la sangre), fructosa (azúcar de la fruta), sacarosa (azúcar de mesa o refinada), lactosa (azúcar de la leche) y maltosa (azúcar de la malta).

El azúcar se utiliza para suministrar energía. Las células cerebrales la necesitan para funcionar. Parte de la glucosa que ingerimos, sea como hidratos de carbono simples o compuestos, se almacena para utilizarla cuando sea necesaria. El exceso de convierte en grasa.

El azúcar, y eso incluye todas sus formas -miel, jarabe de maíz, jarabe de maíz con alto nivel de fructosa, jarabe de arce y melaza- es el aditivo número uno en todos los alimentos. Aparece en los productos más inesperados, como la mahonesa y el ketchup.

Efecto positivo

En sus estudios, Judith Wurtman, investigadora en el departamento del cerebro y ciencia cognoscitiva del Massachusetts Institute of Technology, ha descubierto que "el azúcar tiene un efecto positivo sobre algunas personas cuando se sienten tensas y ansiosas, debido a que proporciona una sensación de bienestar y actividad". Existe un acuerdo generalizado entre la comunidad científica con las observaciones de Wurtman. Pero, según Conners, en otras personas puede ejercer un efecto contrario.

"Depende de la persona y de la situación", dijo. "Hay tremendas diferencias individuales, Aunque el azúcar no sea la causa de la hiperactividad del comportamiento incontrolable en los niños", añadió, "puede exarcebarlo".

En el trabajo realizado por Conners se les dio azúcar a los niños con una dieta de hidratos de carbono, con una dieta de proteínas y con una dieta de ayuno. El descubrimiento esencial fue que "el azúcar intensifica su influencia en la dieta proteínica y se reduce en la de hidratos de carbono", dijo.

Tanto los niños normales como los hiperactivos respondieron de forma similar, pero Conners dijo que los niños hiperactivos "respondieron de forma más espectacular". Incluso Kaplan, que cree que es más importante comprobar cómo todo tipo de alimentos afectan al comportamiento, aceptó que aunque "los datos no son terminantes, todo el mundo ha demostrado que algunos niños se vuelven hiperactivos debido al azúcar.

Young, de UCLA, dijo: "En la lista de cosas que me preocupan en mi dieta, el azúcar ocupa un lugar bajo. Creo que es más importante evitar la grasa. Pero no hay que olvidar que los azúcares simples muy a menudo van acompañados de grasa, como ocurre en un trozo de pastel. Pero incluso aquellos alimentos que tienen mucho azúcar y poca grasa -sorbetes, caramelos duros- son bajos en vitaminas, minerales y fibras. La única excepción a la regla la constituye el azúcar denominado fructuosa, que se encuentra en las frutas. Dado que las frutas, en general, tienen un alto componente de agua, la concentración de la fructuosa es baja. La fruta, generalmente, no tiene grasa, y como las comidas feculentas, muchas frutas están cargadas de vitaminas y minerales.

Copyright 1990 N. Y. Times News Service.

Verdades a medias

La Administración para la Alimentación y las Drogas de Estados Unidos informó en 1986 que no existe evidencia concluyente de que un alto consumo de azúcar sea un factor de riesgo. "Pero puede que algunas personas sensibles a los hidratos de carbono reaccionen con niveles más altos de colesterol y triglicéridos" (grasas en la sangre).Anotado en el lado positivo, aunque erróneo, del balance, se apunta que el azúcar proporciona energía rápida. Ésta es una verdad a medias. Si uno se come un caramelo justo antes de comenzar una actividad atlética elevará el nivel de glucosa en la sangre y proporcionará energía durante un corto espacio de tiempo.

Pero en poco tiempo el nivel de glucosa desciende por debajo del nivel al que estaba, as¡ que el cansancio llega mucho antes. En cambio, los hidratos de carbono compuestos se absorben más lentamente y tienen un efecto más regular y prolongado.

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