El 'mea culpa' de Kashogui
El abogado del multimillonario saudí Adnan Kashogui, procesado en el juicio contra Imelda Marcos, aceptó el miércoles en Nueva York que su cliente había cometido "muchos errores" durante su relación con los Marcos y que Kashogui llegó incluso a falsificar determinados documentos para evitar que se descubriera que unos inmuebles de Manhattan eran propiedad de los Marcos.
El abogado defensor, James Linn, explicó al jurado que su cliente "jamás quiso vulnerar el sistema judicial norteamericano"; que si bien éste cometió "un error y se equivocó", jamás incurrió en un delito "de forma premeditada". El mea culpa de Kashogui se interpreta en Nueva York como un deseo de saldar sus cuentas pendientes con la justicia norteamericana y reiniciar sus negocios cuanto antes.
Kashogui, que asistió a la vista tratando de pasar inadvertido, desea terminar de una vez por todas con esta pesadilla que le ha apartado casi por completo de sus actividades profesionales y de las fiestas de la Costa del Sol durante todo un año.
El traficante de armas está acusado de dos delitos de obstrucción a la justicia y fraude, y si es considerado culpable podría ser sentenciado a 10 años de cárcel. La fiscalía asegura que Kashogui actuó como intermediario en algunos negocios presuntamente ilegales de los Marcos, pero él dice ser "inocente".
Desde su llegada a EE UU el pasado mes de julio, extraditado desde Suiza, Kashogui ha estado controlado por la Corte del Distrito de Manhattan mediante un brazalete electrónico.
En las últimas semanas, el multimillonario y sus abogados han almorzado con numerosos periodistas neoyorquinos, en un intento de conseguir que su caso tenga un favorable tratamiento informativo. Para él, la mejor noticia es la falta de noticias.
