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Réquiem por la izquierda peruana

Los mítines de fin de campaña de los partidos de Barrantes y Pease, un rotundo fracaso

Los mítines de Fin de campaña con vistas a las elecciones del domingo de los dos candidatos presidenciales de la izquierda peruana, el ex alcalde de Lima Alfonso Barrantes, de Izquierda Socialista (IS), y Henry Pease, de Izquierda Unida (IU), han constituido un completo fracaso. En Lima, donde habitan más de seis millones de peruanos, sumados los asistentes en la tarde del martes a los dos mítines de la izquierda sólo se reunieron, unas 20.000 personas. Uno, Barrantes, tiene carisma, pero le falta organización. El otro, Pease, tiene organización, pero le falta carisma.

Si a las carencias de los dos candidatos se suma el problema de la desunión ya se encuentra la primera explicación del fracaso de las movilizaciones electorales de la izquierda parlamentaria peruana que, según todas las apariencias, se encamina hacia un desastre electoral el próximo domingo. Existen dudas fundadas de que si se suman los votos de las dos izquierdas, la unida (IU) y la socialista (IS), lleguen siquiera a conseguir el 21% que logró Barrantes hace cinco años.Este fracaso anunciado resulta más dramático si se considera la situación crítica de Perú. La izquierda peruana ha sido incapaz de dar una respuesta a la crisis y, ha venido a demostrar, de forma empírica, que la pauperización no conduce a una mayor movilización social, sino a la búsqueda de la salvación individual al precio que sea. Desunida y sin ideas, la izquierda peruana ha permitido que un frente liberal de derechas, en torno a la figura del escritor Mario Vargas Llosa, se presente como única alternativa al Gobierno de la Alianza Popular Revolucionaria peruana (APRA) de Alan García, que ha sumido al país en lo que muchos consideran como la mayor crisis de su historia.

García también es culpable

Además de los propios errores, buena parte del fracaso de la izquierda se puede endosar a la cuenta del actual presidente. García se ha servido durante cinco años de mandato de una retórica teñida de izquierdismo y muchos de sus discursos son verdaderas catarsis antiimperialistas. Apropiado del discurso de la izquierda, García lo ha implicado en el desprestigio. El pueblo peruano ha visto que el hambre crecía, la inflación se desbocaba, la moneda se desvanecía y al mismo tiempo crecían. el terrorismo, el narcotráfico y la violencia. En este panorama resulta lógico que el electorado no quiera ni oír hablar un lenguaje que va unido de forma inexorable al fracaso del actual Gobierno.El mitin de Pease en la plaza de la República, la noche del lunes, congregó apenas unas 15.000 personas. Un cronista del diario Prensa Libre escribió con ironía que volvieron a relucir las "mismas arengas, el viejo lenguaje universitario y el del micro se rompe los pulmones y el coro es tan poco receptivo que el que vende cigarros sueltos se hace oír con mayor emoción". Quizá para tratar de disimular mejor el posible fracaso, los organizadores del mitin de IU habían dispuesto al público a lo ancho del paseo de la República, pero sobraron muchísimos metros cuadrados de cemento. Antes de que Pease concluyese su discurso, muchos se marchaban aburridos, con las banderas recogidas y la tristeza en los rostros. El candidato, que tiene fama de buen organizador pero falto de gancho, anunció que habrá un juicio político por corrupción contra el actual Gobierno y prometió crear un millón de empleos si llega a la presidencia.

Más triste aún, si cabe, fue el mitin de Barrantes, la noche del martes. La plaza parecía un mar de cemento, en el que se perdían unos 5.000 náufragos. En el estrado, tres filas de candidatos a diputados y senadores por IS tenían un aspecto similar al de los dirigentes del Kremlin en un funeral en la plaza Roja de Moscú. Barrantes habló subido a un podio altísimo y desgranó sin ganas un discurso que duró hora y media. Prometió un vaso de leche para los niños peruanos y lanzó alguna que otra pulla contra "el destinguido escritor [Vargas Llosa]". Mientras el público gritaba "¡Barrantes, seguro, a la derecha dale duro!", flotaba en más de una mente la inquietante pregunta de si, al final, no será Sendero Luminoso el grupo que capitalice el vacío que deje el fracaso de la izquierda parlamentaria en Perú.

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