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Juan Guerra califica de "sarta de mentiras" lo publicado contra él

Juan Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno, compareció ayer ante el fiscal jefe de la Audiencia Provincial de Sevilla, Alfredo Flores, quien le interrogó por espacio de más de cinco horas en relación con la denuncia presentada en su día por el Partido Andalucista ante la Fiscalía General del Estado en torno a sus actividades mercantiles y a la utilización de un despacho oficial sin tener atribuciones. Guerra dijo que tenía "la conciencia tranquila", y calificó todo lo publicado como "una sarta de mentiras".

El hermano de Alfonso Guerra llegó a la Audiencia sevillana, en El Prado de San Sebastián, pasadas las 8 de la mañana, en un vehículo del Grupo de Policía Judicial adscrito a la fiscalía, que es quien ha llevado en la práctica en las últimas semanas las -Investigaciones de este caso. Juan Guerra, que iba acompañado por su abogado Antonio Mates, abandonó el edificio judicial poco antes de las 13.30, después de hacer una breve declaración a la prensa, en la que evitó cualquier referencia a sus posibles ingresos no declarados a la Hacienda pública, cuestión sobre la que fue interpelado por los periodistas.

Interrogatorio

Esta es la segunda vez que Juan Guerra comparece ante un fiscal, tras el interrogatorio a que fue sometido semanas atrás por el fiscal-jefe de la Audiencia de Cádiz, Jaime Ollero, que tiene abierta una Investigación en relación a sus actividades con una promotora que pretende construir un proyecto turístico en Barbate (Cádiz), en terrenos que parcialmente pertenecen al Ministerio de Defensa. Esta declaración se produce también un día después de que un juzgado de instrucción de Sevilla admitiera a trámite una denuncia de Izquierda Unida contra Juan Guerra, lo que provoca de inmediato el cese de la investigación del fiscal. Pese a ello, Juan Guerra fue interrogado ayer por Alfredo Flores, que a partir de ahora deja el caso en manos del juez de instrucción número 6 de Sevilla, Ángel Márquez, que es el magistrado que ha admitido a trámite la denuncia criminal de IU.Ni a la entrada ni a la salida de la Audiencia sevillana, Juan Guerra pasó por la puerta principal del edificio. El fiscal ordenó a la Guardia Civil que impidiera el paso al interior de la Audiencia de los cuatro guardaespaldas que acompañan habitualmente a Guerra, que tuvieron que permanecer durante las cinco horas en que duró el interrogatorio en los alrededores del edificio. Los guardaespaldas llegaron a la Audiencia en otro automóvil. Flores, por su parte, llegó a decir que no iba a consentir ningún incidente en sus dependencias.

La guardia periodística montada en torno a la Audiencia de Sevilla se topó a media mañana con el empresario jerezano, José María Ruiz Mateos, que había escuchado por la radio que Juan Guerra estaba siendo interrogado y se presentó por allí diciendo que se encontraba de paseo, camino de un acto electoral de su agrupación. Ruiz-Mateos insultó a Juan Guerra, a quien llamó "ladrón", y dijo que no sólo el culpable era este último, sino que su hermano Alfonso tendría que estar en la cárcel, al igual que Felipe González.

"Sarta de calumnias"

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Sobre las 13.20, Juan Guerra, al que esperaba una nube de informadores, salió, sin ofrecer visibles muestras de nerviosismo, por una puerta lateral de la Audiencia. Dijo: "Espero que esta sarta de calumnias y mentiras quede en su sitio. Estoy muy tranquilo y con la conciencia muy tranquila. Espero que acabe esta campaña, por llamarla así, que se aclaren todos los puntos y que cuando se escriba algo se compruebe mínimamente".Terminada la declaración, que la hizo en la calle y ante la atónita mirada de los transeuntes que por allí paseaban, Juan Guerra, asistido por sus cuatro guardaespaldas, se introdujo en un Renault-18, de color blanco, matrícula SE-4953-Z, que salió a toda velocidad, lo que estuvo a punto de provocar una colisión con un autobús que en ese momento circulaba por los alrededores de los juzgados.

El fiscal Flores informó posteriormente que no podía dar conocimiento público del contenido de la declaración de Juan Guerra, por estar amparado en el secreto de la investigación, si bien enumeró uno a uno los aspectos en los que basó su interrogatorio: utilización del despacho de la Delegación del Gobierno y el libro de registro de visitas; relaciones con la empresa Samart, dedicada a la fabricación de placas para vehículos, Construcción Modular Andaluza, Corral de la Parra, Cimpa y Fracosur, esta última por la compra de fincas a la empresa pública Ensidesa; actividades mercantiles y posibles ingresos no consignados en sus declaraciones a Hacienda y sus vinculaciones con negocios de máquinas tragaperras.

En opinión de Flores, por parte de la fiscalía no se ha producido "acoso de ningún tipo" en el interrogatorio a Juan Guerra, cuya declaración global calificó de' "correcta". Flores anunció que la investigación no está concluida, pero matizó que a partir de ahora el caso está en manos del juzgado de instrucción número 6 de Sevilla. En la denuncia admitida por este juzgado, interpuesta por IU con el fin de evitar la acción del Fiscal General del Estado y provocar así las intervención de un juez de instrucción, se pretende que sean llamados a declarar todos los delegados del Gobierno que permitieron a Juan Guerra la utilización de un despacho en sus dependencias oficiales. IU anunció en su día que, una vez admitida a trámite esta denuncia, está dispuesta a presentar una querella criminal para personarse en el sumario como acusación particular.

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