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Crítica:'ROCK'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Don Ramón

Don Ramón es un tipo muy listo. En 1977 era Ramoncín, el rey del pollo frito, un punk de instintos provocadores y escasa capacidad musical. Ahora sigue llamándose Ramoncín, pese a su condición de miembro del Consejo de Administración de la Sociedad General de Autores y secretario general de la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes, y se ha convertido en líder de una banda de rock a la americana. Para que una evolución tal sea posible y, sobre todo, para que resulte creíble, es necesario estar fabricado con materiales muy especiales. Para evitar errores, Ramoncín se ha automodelado; seleccionó pastas diferentes para dar una forma independiente a los múltiples episodios que forman su carrera, y se adaptó a las circunstancias de cada momento con sorprendente facilidad. Mimetismo puro aplicado al rock and roll.El resultado de esta transformación se pudo apreciar en el concierto que el cantante y compositor madrileño ofreció en la sala Jácara. Ramoncín, Don Ramón, ofreció esta actuación dentro de una minigira de la que saldrá un doble elepé en directo, titulado Ramoncín al límite, vivo y salvaje. Preparó un grupo de lujo, seleccionó lo mejor de su amplio repertorio y escogió un local perfecto para crear un ambiente de cómplice masificación. Nada podía fallar, y nada falló.

Ramoncín

Ramoncín (voz, guitarra y armónica), Cristóbal Delgado (plano y teclados), Richie Fuentes (teclados), Basilio Motes (,guitarra), Luis García (batería), Luis Escribano (bajo), Gary Barnacle (saxo), Max Suñe (guitarra) y Antonio Molina (guitarra). Sala Jácara. Madrid, 28 de marzo.

Amplio repertorio

No es un gran cantante, pero su garganta ha. mejorado mucho y está por encima del nivel medio de nuestro país. Tampoco es un compositor único de inconfundible estilo, pero posee un repertorio tan amplio que no resulta difícil seleccionar un puñado de buenas canciones. Afortunadamente conoce sus virtudes y limitaciones. Todas las carencias las suple con carisma y, sobre todo, con dosis ingentes de trabajo; resulta espectacular ver cómo logra mantener la tensión en escena durante 150 minutos, jugando con golpes de efecto tan sencillos como eficaces.El grupo respondió a la perfección. Magníficos instrumentistas, contó con dos colaboraciones muy especiales: el saxofonista Gary Barnacle y el legendario guitarrista Max Suñe. Por problemas con el sonido al primero no se le escuchó hasta bien entrado el concierto, mientras que Suñe demostró rápidamente que a un buen músico no se le puede encasillar en un género concreto. Los momentos suaves y los acelerados se alternaron en aceptable equilibrio, y destacó la búsqueda de nuevas opciones rítmicas. El sistema empleado por Ramoncín consiste en actualizar viejos arreglos y conservar la intensidad de ciertas letras con historia propia: canciones teórica mente desfasadas por el tiempo, como Marica de terciopelo o Putney Bridge, siguen vivas, y otras recuperan fuerza al recibir un tratamiento cercano al reggae.

Musicalmente se alcanzaron instantes de gran densidad, especialmente cuando cuatro guitarras inundaban el ambiente con melodías densamente elaboradas. El público se entregó a los placeres del recuerdo, y Ramoncín aprovechó la proximidad física para dar una muestra de su capacidad como cronista urbano. Profesional, inteligente y brillante letrista, Ramoncín ha alcanzado la definitiva mayoría de edad. Don Ramón puede seguir evolucionando.

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