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Duelo frustrado entre un periodista y un policía

El director de 'La República' de Montevideo no pudo batirse por incomparecencia de su retador

Federico Fasano director del diario La República de Montevideo, de 49 años de edad, es uno de los pocos varones que desde finales del siglo XIX ha tenido la experiencia de ser retado a un duelo a muerte. Saúl Clavería, un subjefe de policía, fue identificado por el periódico como propietario de unos vehículos utilizados en el narcotráfico y, humillado por la noticia, retó a duelo al director. El anterior Gobierno de Uruguay, presidido por Julio Sanguinetti, derrotado en las elecciones del pasado mes de noviembre, dio el visto bueno para que se batieran.

Fasano, que no llegó a participar en el lance al retirarse su contrincante, considera que este hecho ha agudizado más las contradicciones entre la sociedad civil y la militar. "Publicamos los resultados de una investigación en la que se afirmaba que Saúl Clavería era el propietario de unos coches que eran usados en las operaciones de narcotraficantes.Inmediatamente solicitó el veredicto de un tribunal de honor, que le exoneró de toda culpa. Y el Ministerio del Interior autorizó el duelo. Es la primera vez que el Estado impulsa un duelo. "Decidí dar una batalla ética profunda y acepté el combate", explica Fasano.

En Uruguay está vigente todavía una ley de 1920 que, si bien condena los duelos, no impone ninguna pena a los participantes que intervienen en estos desafíos. Ahora, tras la noticia, el nuevo Gobierno, presidido desde enero por Luis Alberto Lacalle, del partido nacional o Blanco, quiere derogar la ley.

Federico Fasano ha dirigido durante años Le Monde Diplomatique en su edición en lengua castellana y ha recibido el premio de periodismo de la Asociación Española de Derechos Humanos. Desde hace dos años, dirige el diario independiente La República. En Uruguay existen ocho periódicos, y según Fasano La República es el único que no depende de ningún partido concreto.

Cuando cuenta la historia todavía parece un poco abrumado y perplejo. "Me mandó", comenta Fasano al referirse a Clavería, "a sus padrinos: un militar y un inspector de policía. Les comuniqué que aceptaba el reto pero que imponía mis condiciones del código del honor. No pensaba empuñar las armas y sólo me dejaría guiar por mi conciencia y por la ley de mi país. Primero escogí corno padrinos a dos directores de periódicos de la competencia. Pero se negaron a intervenir en el duelo porque no pensaba defenderme. Entonces escogí como padrinos a una mujer, la diputada Matilde Rodríguez, y a un anciano de 90 años, Rodolfo Tálice, presidente del Partido Verde".

Código de honor

"Lo cierto es que la opinión pública acorraló a los opositores. No me considero un héroe. El riesgo que corría era mínimo, se trataba más bien de una batalla moral. Alguien que piensa que la denuncia se habría olvidado empuñando las armas no puede entender mi plateamiento y se retiró", dice el director de La República y añade con ironía, "le propuse incluso solucionar esta afrenta jugando una partida de ajedrez o de tenis". Para Fasano es evidente que no existían condiciones de igualdad, dado que Clavería es un experto tirador y sabe manejar perfectamente un sable.

Posteriormente, un ex oficial de policía retó de nuevo a Fasano, pero esta vez el Ministerio del Interior, del Gobierno de Lacalle, no permitió el duelo.

Después de este episodio, el periódico La República publicó, el pasado día 18 de marzo, un amplio reportaje sobre el contrabando que ya ha provocado varias amenazas contra el diario.

"Nos hemos visto obligados a poner ciertas medidas de seguridad, pero seguimos apostando por un periodismo de investigación y de denuncia. La sociedad se solidarizó completamente con nosotros. El nuevo Gobierno se ha equivocado al no derogar la ley inmediatamente".

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