Crece la tensión vecinal en Las Fronteras porque la policía no puede acabar con los 'camellos'

Los vecinos del barrio de Las Fronteras, en Torrejón de Ardoz, están dispuestos a continuar la lucha que emprendieron hace años, recrudecida en los últimos meses, para expulsar a los camellos de su entorno con o sin la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía, del que han denunciado en repetidas ocasiones "su incapacidad" para atajar la venta de droga en el barrio, a veces "delante de sus narices". La indignación de este colectivo, que supera las 600 familias, ha crecido ahora, al comprobar que desde que abandonaron sus paseos nocturnos los traficantes han vuelto a tomar el barrio.

Los traficantes continúan trabajando en Las Fronteras, lo que ha hecho que los vecinos, y las mujeres en gran medida, algunas de ellas madres o hermanas de drogodependientes, hayan adoptado la decisión de cortar por sopresa durante una hora el tráfico rodado a la entrada de Torrejón. Estas movilizaciones provocan importantes colapsos en la circulación.Esto ha dado lugar a que el comisario de Torrejón, Francisco Colino, haya abierto diligencias a la asociación de vecinos de Las Fronteras y en especial a su presidenta y vicepresidenta, Beatriz Jiménez y María del Carmen Melero, respectivamente, responsabilizándolas de incitar a los vecinos a cortar el tráfico y provocar "peligro para los conductores y para los menores que acompañan a los manifestantes", según fuentes policiales.

La indignación tras la apertura de diligencias policiales ha dejado paso a una continúa escalada de tensión en el barrio que ha provocado diversos altercados, verbales de momento, que gracias a la actuación de vecinos no han llegado a mayores entre éstos y los traficantes, que según los propios vecinos, "están contentos porque dicen que a ellos no les hacen nada y a nosotros nos van a detener".

Miembros de la junta directiva de la asociación de vecinos de Las Fronteras; han manifestado que la actuación del comisario es "incalificable" porque antes de comenzar los cortes de tráfico se le comunicó verbalmente y mediante un telegrama, que a su vez se remitió a la delegada del Gobierno, Ana Tutor, que esta organización no se responsabilizaba de los enfrentamientos y acciones que se pudieran producir. "La asociación nunca ha convocado a los vecinos para que corten el tráfico. Ha salido de ellos", asegura Beatriz Jiménez, que considera una venganza personal del comisario Colino el que la asociación, María del Carmen Melero y ella aparezcan como responsables de los cortes de tráfico.

Tanto María del Carmen como Beatriz han mostrado su intención de "no pagar una sola peseta" si les imponen una multa, y a no acatar la sentencia en caso de que se llegase al arresto domiciliario.

Vender 'papelinas'

El resto de los vecinos ha declarado que "es vergonzoso que la policía arremeta contra nosotros cuando no puede solucionar el problema de droga que nos atosiga". Y han adelantado que defenderán "a la asociación, a María del Carmen y a Beatriz como sea, y si hay que pagar multas nos pondremos a vender papelinas para conseguir dinero... y después que vengan a detenernos".

La asociación de vecinos de Las Fronteras, en su primera acción desde que comenzaron los cortes de tráfico, convocó una manifestación delante del Ayuntamiento para entregar al concejal de Seguridad, Alberto Herréiz, un escrito donde se solicitaba que las autoridades competentes dotasen al municipio con los medios necesarios para terminar con la venta d droga, "equipos de filmación perros amaestrados y coches camuflados".

El concejal de Seguridad Alberto Herréiz, al que los veci nos consideran como "un hom bre que por lo menos escucha nuestros problemas" comentó que "el'Cuerpo Nacional de Policía tiene medios suficientes para luchar contra la droga y puede hacerlo perfectamente", aunque reconoció que no es el caso de la comisaría de Torrejón. Se mostró cauto en cuanto al empleo de vídeos y cámaras fotográficas por parte de la Policía Local, recordando el caso de la furgoneta espía descubierta en Madrid.

Los afectados, lejos de comprender esta polémica, sólo recuerdan la burla de los traficantes, sus represalias quemando coches y granjas, los paseos nocturnos que les obligaron a marcharse del barrio, la manifestación ante la Delegación del Gobierno en Madrid y la "incapacidad" de la policía para solucionar el problema.