Pujol considera una "barbaridad" y un "disparate" la propuesta socialista sobre incompatibilidades

El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, aseguró ayer que las propuestas barajadas por el PSOE para elaborar una nueva ley de incompatibilidades constituyen una "barbaridad" y un "disparate" que podría rozar la inconstitucionalidad. El jefe del Gobierno catalán, que relacionó el deterioro de imagen de la clase política con un supuesto amarillismo de la prensa, aprovechó así su discurso de inauguración de la XIII Reunión Costa Brava, organizada por el Círculo de Economía de Barcelona, para censurar con contundencia un proyecto de los socialistas, en este caso el de las incompatibilidades, del que dijo que conduciría a una situación absurda o a una inviabilidad operativa del país. Todo ello ante un auditorio integrado en su mayor parte por empresarios.En su discurso, Pujol puso el acento en lo que calificó de clima "enrarecido por el desprestigio de la clase política" y en la influencia negativa que éste puede tener en la situación económica. "Los estragos humanos que genera este proceso de denuncias sin base han llegado incluso a quienes lo inventaron", añadió el presidente de la Generalitat, en una clara alusión a la situación que afronta el PSOE con el caso Juan Guerra y a la que vive el propio Gobierno catalán con la querella interpuesta contra su aun secretario general de la Presidencia, Lluís Prenafeta. Fue en este marco en el que Pujol aludió a lo que viene definiendo como "política de acoso y derribo". Una práctica que, según ha denunciado reiteradamente, instituyó el Ejecutivo socialista a raíz de la querella fiscal que desató el caso Banca Catalana.

El tono desenfadado y coloquial empleado por el dirigente nacionalista no restó dureza a sus críticas al borrador de ley de incompatibilidades elaborado por el PSOE, al que atribuyó un redactado según el cual ningún familiar de un político podrá obtener préstamos del Banco de Crédito Industrial o avales bancarios. "Y eso", sentenció, "se plantea en términos de trágala, de tonto el último, con lo que vamos a lo absurdo o a la inviabilidad operativa del país".

Pujol resumió sus temores en una frase: "Nos enfrentamos a una crisis de agotamiento de modelo en lo político y en lo económico". Y recalcó que "tener buenos políticos es un valor económico".

El dirigente nacionalista cuestionó la función de la Prensa en un país "en el que uno no sabe ya donde empieza y donde termina el amarillismo". Aseguró que la Prensa ha sido militante en la defensa de la democracia y en la lucha contra los abusos, pero ahora "debe serlo en la defensa de la moralidad". El presidente recomendó finalmente a los periodistas que no pusieran sus medios "al servicio de nadie o en función del encono de alguien".