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En París prevén construir autopistas a 30 metros bajo tierra

"Con 110.000 coches, París respira. Con 120.000, París se ahoga. Mañana y, tarde, los coches se amontonan en las vías de acceso, quedan retenidos en la periferia, colapsan las arterias de la capital". Con este tono tremendista comienza el reportaje que el último número de la revista francesa Le Nouvel Observateur ha dedicado a uno de los problemas que durante años trae de cabeza a los responsables municipales de París. Un nuevo plan se perfila para atajar el problema: autopistas a 30 metros bajo tierra.El Ayuntamiento parisino acaba de introducir algunas medidas que son muy similares a las que próximamente se establecerán en Madrid con el plan RED. Las paradas y el estacionamiento se prohibirán en 27 kilómetros de vías clasificadas como prioritarias. Pero el alcalde, Jacques Chirac, quiere poner en estudio un ambicioso proyecto: la construcción de autopistas subterráneas, a 30 metros bajo tierra. Bouygues y Cofiroute aplicarían a París las técnicas con las que están construyendo el túnel bajo el Canal de la Mancha. Muchos ya han puesto en duda el proyecto. Favorecer la circulación suele animar al ciudadano a utilizar el coche privado y la policía francesa encuentra serios problemas de seguridad en esas vías subterráneas.

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Los madrileños ya han empezado a votar por correo en el referéndum sobre el tráfico

Matrículas de recambio

Los ecologistas madrileños han estudiado bien el tema en otras ciudades europeas y saben que en Milán ya se ha hecho con éxito algo semejante a lo que propone Izquierda Unida para Madrid. En 1985 las autoridades milanesas organizaron un referéndum que les dio carta blanca para restringir el tráfico privado en el centro. Ahora entre las 7.30 y las 18.00 sólo se permite el acceso al centro a los residentes y a los que tengan una plaza de aparcamiento. Así, el tráfico se ha reducido a la mitad. De 120.000 coches se ha pasado a 55.000.

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En Estocolmo los vehículos que entran al centro pagan una tasa de 5.000 pesetas mensuales. En Palermo y Atenas se adoptó el sistema de circular en días alternos según el número de la matrícula fuera par o impar, una medida que se toma en Turín sólo en períodos de intensa contaminación. Respecto a este sistema, Le Nouvel Observateur asegura que la picaresca ha inutilizado el sistema, ya que muchos conductores se han hecho con una matrícula de recambio.

En Oslo hay que pagar peaje, para acceder al centro y en Berlín se ha equipado experimentalmente a 720 vehículos para que tengan información electrónica de cómo evitar los atascos que se producen en cada momento.

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