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34 personas han muerto por heroína en lo que va de año

Encarnación P. L., de 31 años de edad, resultó muerta hacia las seis de la madrugada del pasado domingo a causa de una sobredosis o adulteración de heroína. Con ella son ya 34 las personas que en lo que va de año han fallecido en Madrid intoxicadas por droga, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía.En la madrugada del pasado domingo, el marido de Encarnación requirió a la dotación de un coche patrulla y pidió su ayuda alegando que su mujer se hallaba en grave estado. Los agentes acudieron al domicilio de la pareja, sito en el número 17 de la calle de Belzunegui, en la colonia de Pan Bendito, en el barrio de Carabanchel.

La víctima fue trasladada al hospital Doce de Octubre, donde falleció a los pocos minutos de su ingreso, según informaron fuentes policiales. Éstas añadieron que Encarnación, que había sido detenida en varias ocasiones, era drogadicta desde hace tiempo.

En lo que va de año, 34 personas han fallecido en Madrid a causa de sobredosis o adulteración de heroína, según datos provisionales de la Jefatura Superior de Policía. En enero murieron 17 toxicómanos, en febrero fueron 13 y en marzo ya van cuatro. La media de edad de los toxicómanos es de 29 años.

El año pasado perecieron en la capital madrileña 126 drogadictos. En el distrito de Carabanchel, que es uno de los más castigados por la droga, han muerto hasta el momento seis personas.

'Camella' con mensáfono

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Agentes de la comisaría de Carabanchel han puesto a disposición judicial a la colombiana Lilia Castro Rodríguez, de 30 años, acusada de ser presunta camella al servicio de una organización de traficantes. Habitualmente llevaba un mensáfono por el que supuestamente recibía avisos sobre su trabajo, según las mismas fuentes.

Lilia Castro, que hasta ahora carecía de antecedentes, fue detenida casualmente en un control instalado en la calle de Nuestra Señora de Valvanera. En su poder fueron hallados 67 gramos de cocaína de gran pureza.

Según las investigaciones, la detenida era correo (empleada) de una red de traficantes que habitualmente proporciona droga a papelineros (vendedores al por menor) del barrio de Pan Bendito.

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