Bankinter se desmarca de la guerra del pasivo y decide bajar el interés de su producto estrella
El Banco Intercontinental Español (Bankinter) ha decidido bajar el tipo de interés de su producto estrella en la actual guerra por la captación del pasivo bancario, el depósito activo. La decisión será dada a conocer la próxima semana. La entidad que preside Jaime Botín duda entre bajar un cuarto de punto o medio punto el actual interés de este producto situado en el 15%. Con esta decisión, Bankinter parece desmarcarse, al menos por el momento, de la desaforada lucha por el pago del dinero de cliente.
Aparte del retoque a la baja de un producto de pasivo en plena carrera por ver quien paga más los depósitos, la rebaja del tipo de interés es importante por cuanto es la primera entidad nacional que cambia su estrategia en la actual situación. Bankinter, que fue pionero en la subida de tipos para atraer una gran masa de clientela, ha sido la entidad que ha marcado la pauta para el resto de la banca porque reacciona con rapidez ante la subida o baja de tipos.En este momento Bankinter, el sexto banco español por recursos propios, el séptimo por beneficios y el octavo por activos, quiere dar un mensaje al mercado y a sus propios clientes en el sentido de que todo tiene un límite, aunque estemos en una economía de libre mercado.
Cuando se comienzan a oir las primeras voces de alarma ante una peligrosa pugna por el pasivo bancario que puede dañar seriamente las cuentas de resultados y estrechar peligrosamente los márgenes financieros, la decisión de Bankinter es un test para el mercado y para las demás entidades.
La pelea de los grandes
Los grandes bancos que siguen enzarzados en su pelea por ampliar clientela a base de pagar intereses muy altos saben que por vía de cobro de servicios no se paliará ni la tercera parte del coste de estas cuentas de alta remuneración. Los accionistas de los bancos están respondiendo ya de un modo claro en la bolsa ante el previsible recorte de la cuenta de resultados de la banca. Este recorte ha de paliarse apelando a la venta de activos, un camino que siempre ha sido considerado como un atípico en el negocio bancario.
Fue el Banco Santander, presidido por Emilio Botín, la entidad que el pasado mes de septiembre decidía irrumpir en el mercado con una cuenta corriente de alta remuneración para atraer una gran base de clientela cara a la competencia que vendrá con el mercado único europeo. Era un órdago que ofrecía un 11,5 % de interés que se convirtió en un fenómeno social y revolucionó el panorama bancario español. Esa cifra ha sido ampliamente superada por los demás bancos y por el propio Santander. Las autoridades monetarias señalaron que este tipo de productos nos acercaban al nivel de competencia bancaria del futuro y que el mercado se encargaría de situar a cada uno en su sitio. El cliente bancario sale ganando de esta pelea por el dinero al recibir un mayor interés.
Pero los accionistas de los bancos ya han reaccionado a la previsible baja de los resultados bancarios. Así el desplome generalizado de los valores bancarios de las últimas semanas es explicado por expertos del sector como una consecuencia de la guerra del pasivo. Todos saben que el encarecimiento de los depósitos supondrá un estrechamiento de los márgenes financieros y, por tanto, de los beneficios que se destinen a pago de dividendo.
Los analistas del mercado consideran que el actual movimiento de Bankinter responde a una estrategia en profundidad, previamente estudiada, y que ha dado sus grandes frutos. Prueba de ello es que los bancos de la familia Botín han conseguido aumentar su pasivo a costa de los demás grandes bancos desde el momento en que emitieron las cuentas de alta remuneración.
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