¿Dónde están las mujeres?
Una semana de, actos culturales y reivindicativos con discreta asistencia festejó el Día de la Mujer
Flora no lo ve claro. "No sé por qué se tienen que manifestar hoy cuando hay un día para todos los trabajadores". Flora lleva el pelo, muy negro, tieso sobre la frente y un maquillaje llamativo. Aunque reconoce haber sufrido discriminaciones por ser mujer, mira despectivamente avanzar calle abajo la manifestación del 8 de marzo desde detrás de la barra de la pizzeria donde trabaja. Fuera discurre la marcha unitaria que en Madrid, como en otras ciudades, ha cerrado los numerosos y no precisamente multitudinarios actos con que los grupos feministas celebraron el Día de la Mujer Trabajadora.
María José no estaba en la manifestación. Ese día 8 de marzo se puso su mejor traje, resplandeciente chaqueta y falda en algo parecido al lamé de plata, para acudir a la fiesta feminista. Una fiesta sin hombres. ¿Razones? "Necesitamos un espacio para nosotras", explica. Sentada en una de las mesas del bar alquilado para la ocasión, esta elegante feminista en la treintena bebe cerveza y conversa con las compañeras de la Plataforma Autónoma Feminista de Madrid, en espera de que comience la actuación de un grupo de salsa primero, y un conjunto femenino de pop rock después.María José y Rosa, con aire de eterna estudiante, iniciaron su militancia feminista en 1980. Desde entonces se ha avanzado, piensan las dos, y, al mismo tiempo, queda mucho por hacer. "Lo que es bueno para la mujer es bueno para la Humanidad. No comprenden que nosotras lo haríamos todo diferente", dicen. "Vamos, es que hasta el metro lo diseñaríamos distinto", añade María José.Música de mujeres
Dos de las compañeras de mesa son funcionarias. Trabajan en el Instituto de la Mujer, lo que siempre es una ventaja, porque, como explica una de ellas, te permite no apartarte en todo el día de cuestiones que importan a las mujeres. Rosa, del colectivo A Favor de las Niñas, resume la aportación del feminismo al comparar su vida con la de su madre, una veterana militante de pelo blanco. "La diferencia es que mi madre tuvo seis hijos y yo ninguno". Luego lo piensa un instante y añade. "No los tengo porque no quiero, y ella los tuvo sin quererlos".
En realidad no hay una sola fiesta; a lo largo de la primera semana de marzo ha habido decenas de actos en toda España, en conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora. Cada grupo feminista ha abordado la fecha a su modo y, por ejemplo, en Madrid sólo la manifestación de mujeres del jueves pasado fue unitaria.Ha habido actos para todos los gustos. Desde conferencias a cargo de una representante de la Alianza de Mujeres Islandesas -con una presencia importante en el Parlamento de su país- en el Ateneo de Madrid hasta mesas redondas, como la que bajo el título Mujer y espacio de poder tuvo a Empar Pineda como participante en la universidad Complutense, y otro tanto en Barcelona, Vigo o Valencia.
La Federación de Mujeres Progresistas, que cuenta con cerca de 10.000 militantes -versión de la propia organización-, ha preferido abordar la fiesta por el lado musical. El día 7 de marzo dedicaron el acto estrella, en Madrid, a las mujeres creadoras Pianista y soprano resucitaron del olvido obras de Alma Mahler,Fanny Mendelssohn y Clara Schumann, entre otras compositoras.
"Queremos resaltar la importancia de la creación y el arte, un ámbito en el que las mujeres, especialmente hasta este siglo, no han tenido muchas opurtunidades. Quizá Fanny Mendelssohn era tanto o más genial que su herinriano menor Félix, pero no tuvo tiempo -las mujeres nunca tenemos tiempo- de desarrollar su capacidad creadora". Lo explica María Sainz, presidenta desde hace menos de una semana de la federación. Según ella se cursaron 300 invitaciones a par lamentarias y mujeres de relieve. Apenas acudieron 80 personas al recital y la única política conocida fije Maria Dolors Renau.María sí parece tener tiempo. Es médica del área de Salud, trabaja en el Ministerio de Sanidad, está casada en segundas nupcias y tiene dos hijos. Considera que es importante alcanzar una cota de poder. Que las mujeres que valen lleguen a donde tienen que llegar, que nadie les impida situarse en el mundo por su condición de tales mujeres.
Salir del ámbito del hogar, sin denigrar esta tarea, es un punto de vista que también defiende Empar Pineda, que, provista de un megáfono, ocupa el asiento delantero del coche que abre la manifestación de mujeres en Madrid. Feminista de izquierdas radical, Pineda es otra de las veteranas del movimiento, que no parece haber perdido energía.
Detrás del coche que ella ocupa se suceden las pancartas de los distintos grupos. Mujeres Jóvenes, Mujeres de Getafe, Comisión Pro Derecho al Aborto, Comisión Anti Agresiones... La charanga Vosotras Mismas ameniza con algún que otro pasodoble el ritmo de las consignas feministas. Pepa y Virginia forman parte del grupo, aunque Pepa, que militó un tiempo en el colectivo de Feministas Lesbianas, ha abandonado la lucha. No es que haya cambiado su punto de vista, "simplemente, he dejado la militancia porque me cansaba", explica. Ni ella ni Virginia parecen entusiasmadas con la idea de volver a repetir sus opiniones. Contestan de mala gana y en cuanto pueden se escabullen.
La Asociación de Mujeres para la Salud, con menos de una docena de militantes, lleva su propia pancarta, sostenida en uno de sus extremos por Belén. Belén está radiante."Por fin hemos conseguido el espacio de salud parta mujeres con el que soñábamos", dice. Se trata del primer centro de este tipo que se abre en España, concretamente en Madrid. Un centro sin médicos -hay una doctora en la plantilla, pero sólo en funciones orientativas-, destinado a apoyar psicológicamente a mujeres en temas espinosos, como el cáncer de mama, aborto, depresión, incesto o menopausia, además de orientar en temas de fertilidad. El centro ha sido costeado por el Ministerio de Asuntos Sociales y, su capacidad, -600 pacientes-, no permite hacerse muchas ilusiones sobre la incidencia de este servicio en el general marasmo sanitario. "Pero es una demostración más", dice Soledad, otra de las promotoras, "de que aumenta la sensibilidad de los poderes públicos hacia las cuestiones feministas".
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