Lenin, por los suelos
Lenin ya no es lo que era. Su monumental estatua de bronce, de 12 toneladas de peso y 10 metros de altura, yace en la plaza de la Prensa Libre de Bucarest como un símbolo del cambio en Rumanía desde que cayó la dictadura de los Ceaucescu, el pasado mes de diciembre. Los obreros rumanos necesitaron dos días de trabajo para levantar la escultura de su pedestal y posarla en el suelo, en una operación que fue seguida por centenares de personas. Varios incidentes en torno a la estatua durante las últimas semanas habían provocado un clima favorable a su demolición, desde pintadas de estildiantes hasta la huelga de hambre de un sacerdote. En la foto, dos rumanos golpean el rostro del padre de la revolución soviética.
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